Tengo ciertos secretos que dentro de mi mente poseo. Como por ejemplo; mi buena manera de expresar, hay hombres que mueren joven en sus pensamientos, como crítico que soy: ¡no lo niego esa es mi manera de pensar!... Mírame lastimosamente mis ojos, donde mi voz desesperadamente endulza su garganta; a causa de esos misterios que mi boca otorga y permite que os revele, ¡ay! En la voz de este hombre que soporta una canción de amor tan pesada. Que sólo con desahogarme puedo arrojarla; junto a la gran ventana que me sirve de mirador ahora, y que el tiempo pasa en mi vida cotidiana: ¡después de varios años y después de cada hora!... El sólo hecho de mantener mi voz callada, me sentía convaleciente ante una fuerza vacía que no prometía nada; así como una vivida que parece una ingenua empujada de razones, el sólo hecho de respirar sus fuentes ya se sobrepasaba. Sentía querer un interés sereno, cuyas ocurrencias mías ya lo contemplaba; mirando hacia dentro del pensamiento, mirando hacia la calle para saber donde se encontraba. Entonces me llene de una emoción deliciosa, al principio mis observaciones se tornaron de forma más humana; le puse fin a la forma humana de preocuparme, aunque mis expresiones, mis apariencias, mis actitudes, mi forma de ser, sean tan variadas. No debo consebir como los caballeros, mirando cada rostro con ojos de imploracion; como si buscará un consuelo total de alguna esperanza perdida, mientras ardo divino en el fuego de mi profesión. Mientras mi devorador deseo con mi mayor vicio, yo tengo un secreto que es muy tentador; a medida que el pensamiento se vuelve más inestable y profundo, canta suave y profesional para este humilde pensador. Hay que comprender el misterio de sus acciones, junto a la manera tan rara y caprichosa de su calleja sombría; por un momento parezco perdido en mis propios pensamientos, me sostiene la idea de que todo esto fuera un mal sueño y parte de mi vida. Bien lo he dicho bajo este poema secreto, que es como un libro escrito y sagrado; donde guardo un cierto misterio que contiene, una antigua palabra de vocación: ¡donde hoy en día con mi voz lo he confesado!...