Pensé, que tu eras como esa droga tan exquisita que corriendo fueras entre mis venas, insaciable de curar todos mis males y calmar mis locuras. Pero cuando me abandonaste dejándome de amar, hiciste que te imaginara como la muerte con su rostro de soberbia y su guadaña podando nuestro antiguo amor puro, cada pensamiento, cada recuerdo, cada sueño, eran sólolas sombras y tormentos de todo lo que ha sido. Mis pesadillas eran horrendas y mis pensamientos confusos, mi vida era como un vacío sin fondo que no tenía profundidad de alcanzar llegar, era un pozo vacío que conducía a las puertas del mismo infierno, y cuando pensé que podía olvidarte; no pude, que entonces me volví obligado a rogarte para que regresaras a mi lado de nuevo, siendo esta mi condenación. No obstante deje mi orgullo y me humille bajo tus pies de seda, suplicando perdón, aunque sabía que tu amor me haría pagar un gran precio, el precio de la humillación. Descubrí en tus miradas que tu amor era un coqueteo, y que tus fragancias de amor; ¡eran la de un polen venenoso para todo aquel que deseaba amarte!... Me pregunto cómo de ti me pude enamorar, aun no puedo entender si fue tan impresionante tu belleza, o tal vez tus enfermisas miradas de mujer asesina: ¡solo sé que desde el día en que las vi; tus miradas cortantes y filudas abrieron una fisura en mi pecho dejando la semilla de la envidia y el rencor, desde ese entonces supe que sería tan exquisito en tus manos mi sufrimiento. Porque en vez de apagarse aumenta más y más dentro de mi ser, hasta el día que este dolor ha de matarme, y más vale rezar por ti amada mía, porque así como mis días fueron tormentosos, no tendré la piedad de atormentar tus sueños, ni tendré lástima de aparecer ante ti como fantasma en pena. Te amo demasiado para que me hagas sufrir, más bien te pide mi corazón que te arrepientas para no tener que verme partir, seamos tu y yo como una drogas que a cada quien le da su bienestar... te amo Shirley Rodriguez. Diosa de mis tormentos.