Me tiraste un limón, y tan amargo, con una mano cálida, y tan pura, que no menoscabó su arquitectura y probé su amargura sin embargo. Con el golpe amarillo, de un letar…

Yo quiero ser llorando el hortelan… de la tierra que ocupas y estercol… compañero del alma, tan temprano. Alimentando lluvias, caracolas y órganos mi dolor sin instrumento…

Por los campos luchados se extiend… Y de aquella extensión de cuerpos… salta un trigal de chorros calient… en roncos surtidores. La sangre llueve siempre boca arri…

Un carnívoro cuchillo de ala dulce y homicida sostiene un vuelo y un brillo alrededor de mi vida. Rayo de metal crispado

La cebolla es escarcha cerrada y pobre: escarcha de tus días y de mis noches. Hambre y cebolla:

Uvas, granadas, dátiles, doradas, rojas, rojos, hierbabuena del alma, azafrán de los poros. Uvas como tu frente,

El cementerio está cerca de donde tú y yo dormimos, entre nopales azules, pitas azules y niños que gritan vívidamente

Se ha retirado el campo al ver abalanzarse crispadamente al hombre. ¡Qué abismo entre el olivo y el hombre se descubre!

Llueve. Los ojos se ahondan buscando tus ojos: esos dos ojos que se alejaron a la sombra cuenca adentro. Mirada con horizontes

Pintada, no vacía: pintada está mi casa del color de las grandes pasiones y desgracias. Regresará del llanto

Sobre la roja España blanca y roj… blanca y fosforescente, una historia de polvo se deshoja, irrumpe un sol unánime, batiente. Es un pleno de abriles,

Alza, toro de España: levántate,… Despiértate del todo, toro de negr… que respiras la luz y rezumas la s… y concentras los mares bajo tu pie… Despiértate.

Abiertos, dulces sexos femeninos, o negros, o verdales: mínimas botas de morados vinos, cerrados: genitales lo mismo que horas fúnebres e igua…

Desde que el alba quiso ser alba,… madre. Quiso la luna profundamente… En tu dolor lunar he visto dos muj… y un removido abismo bajo una luz… ¡Qué olor a madreselva desgarrada…