#EscritoresEspañoles #Generación27
Tu corazón, una naranja helada con un dentro sin luz de dulce mie… y una porosa vista de oro: un fuer… venturas prometiendo a la mirada. Mi corazón, una febril granada
Dos especies de manos se enfrentan… brotan del corazón, irrumpen por l… saltan, y desembocan sobre la luz… a golpes, a zarpazos. La mano es la herramienta del alma…
Por una senda van los hortelanos, que es la sagrada hora del regreso… con la sangre injuriada por el pes… de inviernos, primaveras y veranos… Vienen de los esfuerzos sobrehuman…
Yo que creí que la luz era mía precipitado en la sombra me veo. Ascua solar, sideral alegría ígnea de espuma, de luz, de deseo. Sangre ligera, redonda, granada:
Como la higuera joven de los barrancos eras. Y cuando yo pasaba sonabas en la sierra. Como la higuera joven,
Por tu pie, la blancura más bailab… donde cesa en diez partes tu hermo… una paloma sube a tu cintura, baja a la tierra un nardo intermin… Con tu pie vas poniendo lo admirab…
Besarse, mujer, al sol, es besarnos en toda la vida. Asciende los labios, eléctricamente
Fatiga tanto andar sobre la arena descorazonadora de un desierto, tanto vivir en la ciudad de un pue… si el corazón de barcos no se llen… Angustia tanto el son de la sirena
Atraviesa la muerte con herrumbros… y en traje de cañón, las parameras donde cultiva el hombre raíces y e… y llueve sal, y esparce calaveras. Verdura de las eras,
La cebolla es escarcha cerrada y pobre: escarcha de tus días y de mis noches. Hambre y cebolla:
Entusiasmo del odio, ojos del mal querer. Turbio es el hombre, turbia la mujer.
No pudimos ser. La tierra no pudo tanto. No somos cuanto se propuso el sol en un anhelo remoto. Un pie se acerca a lo claro.
En tu angosto silbido está tu quid… y, cohete, te elevas y te abates; de la arena, del sol con más quila… lógica consecuencia de la vid. Por mi dicha, a mi madre, con tu a…
Bocas de ira. Ojos de acecho. Perros aullando. Perros y perros. Todo baldío.
Hombres veo que de hombres sólo tienen, sólo gastan el parecer y el cigarro, el pantalón y la barba. En el corazón son liebres,