El viejo
Silencios, los más profundos que se esconden en el alma, suspiros desde lo hondo, pesares de poca calma.
Silencios, que surgen cuales criptas en tierras extrañas,
misterios que abren sus venas dejando paso al mañana.
Que tal vez cual cuervo negro arrastre sus propias alas
de misterios, y de sueños.
Lo llevó su propia historia, sus valores sin sentido,
lo buscó toda su vida tras su largo recorrido.
Peregrinaje de vida, una cuesta, una subida...
lomas de empinadas damas.
Llego solo, caminando, su ropaje arrastra al tiempo,
mirada que no sabía de sueños, misterios viejos.
La muerte rondo su bolso cual vagabundo rumiante,
lento, su paso al salir o intentarlo hacia adelante.
Larga estola de lamentos que poblaron cada casa
con el viejo se llevaron sueño y vida fracasada.
Llego solo a ese final lo esperaba en blanco mate
la dama de aquel soñado lugar de mente en abate.
Y se fueron en silencio caminando en el sendero
el viejo, su bolsa a rastras la dama y su blanco velo.
Años pasaron de aquel que llego un día de errante,
años pasaron después junto al férreo vigilante.
Dama de blancos ropajes la del final del camino,
la que espera entre el silencio la llegada de su amigo.
Cual mujer que abre sus labios sintió aquel abrazo fuerte,
y se alejó en el silencio junto a su dama... la muerte. Continuará...
