Siempre con cariño se acercaba.
Platicaba de sus planes,
también de la vida,
de los tiempos de antes,
de donde él venía,
y yo no conocía.
Pero no lo volví a ver.
Si yo hablaba con la verdad,
por qué él mentiría.
Me miraba con sus ojos,
ojos de noche.
Con el cuerpo al desnudo.
Con la profundidad en la luna.
Yo creía lo que él decía;
sobre un pasado oculto,
con crímenes sin perdonar.
Lágrimas en el alma
y dolor en el mirar.
En esos ojos avellana
me miraba importante.
Pero no lo volví a ver.
No volví a ver
esa vida
llena de excusas
y personas
por el norte, el centro
y el sur de la ciudad.
No había espacio para mí
en esos
ojos noche.
Por los que tanto luché
y solo obtuve
silencio en la obscuridad.