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T

Me descarrila tu cuerpo al tacto.
Me siento ajeno a mí
cuando estoy dentro de ti.
Mujer, que encuentro en los descopertos de la noche
ahí nomás, a oscuras y en secreto.
 
Conozco bien mi nombre, pero lo olvido,
cuando me repites tanto el tuyo.
Eliminas mi esencia con tus senos
que más que besar quisiera poseer,
quisiéralos en mi cuerpo tener.
 
Y cuando te hago eso que llamas amor
no pienso más que en mi egoísmo.
Al apreciar tu templo que se
vuelve espejo de lo que mis deseos
más quieren retratar como cuerpo mío.
 
Tu brebaje sangrado sagrado es,
y el mío níveo que dice dar vida,
solo me engendra a morir.
 
Cruzo las piernas y oculto mi miembro.
Mi manzana de Adán te la regalo
porque yo soy Eva.
 
                                                        —Montpellier
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