El adiós de ayer
solo fue una fría brisa de invierno
porque en l0 interno
ambos sabemos
que ninguno podía vivir sin el otro
e irónicamente
el amor de mí hacia ti es una pestaña en el ojo
una alarma mañanera
desazonada y veranera,
cruel mentira inventada por pasiones lejanas
y aun así, duradera
Oh, porque seguir creyendo falacias?
sabiendo que solo me conducirán a desgracias
Y aún así
eres el polen de mi abeja,
el agua de mis hojas,
el amanecer de mi alma moribunda.
Cuan difícil es decir adiós a alguien que ya te lo dijo hace tiempo
sabiendo
que las flores perderán su color
y los perfumes su olor,
que la brisa se transformará en viento
y tonados de arrepentimiento,
que la armonía se transformará en ollas chirriantes cual cocina de palacio
y los que alguna vez fueron churos se volverán en pelo lacio.