Camino bajo los postes de luz, olv… sin sentido, descuidados y sin des… No hay aves en ellos que de un can… Me acompañen pues Ya el día se ha ido.

Un camino súbito a la vesania que le encuentro en la mirada, y le diviso en otoño… Que del crudo y amargo invierno de un náufrago.

Siento de usted sus ojos ver y de sus labios besar de su cuerpo seducir y De mi boca escuchar el sentir que provoca en mí.

La esencia perpetua, de un olor con recuerdos, de lugares muertos, donde ha perdido color. Y en los lugares más vivos,

Camino al tempo de su voz tarareando esa última canción con la que le recuerdo en el más grande fervor.

Agobiado me siento he sobrepasado limites en mi juicio de pensamiento, he perdido la cordura pero también el temor

Insólitas y sin salida de un arrullo interminable, sobre conciencias queriendo caer entre su remo protector de estrellas.

Tiende a parecerse a mis temores, me acople a mis oscuridades interiores, he cambiado las esquinas, he cambiado de posiciones todos me llevan

Rompimos lazos, después de destrozarnos, me desvanecí, al darme cuenta que de ella no quedaba nada más

Le regalo cenizas de mi vida empacadas en latas para tirar al agua. Le regalo un corazón destrozado quemado y desvanecido,

Filo de la navaja Que me ha atraído A admirarme en el reflejo De su sutileza solo encuentro Cobardía en penurias

inaudita y profunda de la balada de las flores tocando el viento, en su mirada Latente a la mía se me va la hora, aquí me detengo.