Otrocidios
Trágica es la historia de mi Colombia amada;
quienes han ostentado el poder sembraron en generaciones
la cultura del odio y desprecio por el otro.
Nos enseñaron a despreciar al pobre por ser pobre,
a despreciar al indígena por ser “indio”,
al negro por ser negro,
al campesino por ser campeche,
al anciano por ser viejo,
al no creyente por ser ateo,
al liberal por no ser conservador,
al de izquierda por no ser de derecha,
al costeño por nacer en el currambero,
al citadino por ser rolo,
al obrero por trabajar en la rusa.
Nos enseñaron a odiar al otro por ser otro,
a mirar a la mujer con sexualidad,
a despreciar a la mujer que vende su cuerpo
para llevar el pan a casa y educar con sacrificio a los hijos.
Nos enseñaron a pecar para arrepentirnos y volver a pecar.
Nos endilgaron un lenguaje despectivo, agresivo y sectario
Nos convencieron de que con las armas es que se construye la paz.
Nos hicieron negar que somos heterogeneidad,
que somos diversidad,
que somos iguales en derechos
que no somos, sin los otros, nos hacen olvidar.
Se nos endilga que no somos alteridad
para desconocer y zaherir al otro,
constriñéndonos a despreciar al otro, a los otros;
compeliéndonos a ignorar que somos amorosidad,
que nacimos en comunidad, que tenemos una nacionalidad,
que somos colombianidad, humanidad y otredad
subvirtiendo las diferencias lógicas
para cometer otrocidios y acostumbrarnos a la atrocidad.
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