Confieso que, no sé quién soy.
Supongo que hoy soy alguien lleno de inspiración, es una lástima que sea pasajero, mañana no visitaré este agujero de nuevo, un agujero donde es seguro expresarme y ver la expresión de semejantes y superiores sin ser reconocido.
Confieso que la inspiración me juega malas jugadas, hoy escribo para no ser visto, hoy escribo sin planeación previa, improvisando y diciendo lo que está en mi pecho.
Confieso que soy torpe y confundo las palabras pecho y cofre en Inglés pero me gusta relacionar las palabras por el significado que se les puede dar juntas.
Confieso que a veces cometo errores de los que no soy conciente y luego digo que son chistes recurrentes en mi vida pero no se si es una manera de sentirme mejor conmigo o realmente soy genial.
Confieso que no se mi edad, se cuando nací pero odio ser clasificado por la longevidad de mi cuerpo desde que fui expulsado de mi madre y no por la longevidad de mi conciencia o más bien de la sabiduría dentro de mi que aunque se pueda contar a cucharadas es la manera en la que quiero der juzgado.
Confieso que no me importa ser leído.
Confieso que amo desmesuradamente y a veces duele y duele mucho.
Confieso que me odio.
Confieso que esto me libera.
Confieso que hay noches en las que no duermo por pensar en cosas simples pero hahl creer a todos que simplemente fui a la cama muy tarde.
Confieso que no se que hacer conmigo.
Confieso que estoy solo.
Confieso.