Breve fue y robado instante A la amarga inquieta vida, En que el ánima rendida Rindió los miembros también. Eran horas de alta noche,

Borraba ya del pensamiento mío De la tristeza el importuno ceño: Dulce era mi vivir, dulce mi sueño… Dulce mi despertar. Ya en mi pecho era lóbrego vacío

Vanamente mis ojos inquietos Por do quiera se tienden y giran, Vanamente mis labios suspiran Abrasados de fúnebre ardor. Soledad espantosa me cerca,

Desde el primer latido de mi pecho… Condenado al amor y a la tristeza, Ni un eco a mi gemir, ni a la bell… Un suspiro alcancé: Halló por fin mi fúnebre despecho

Cuando hice resonar mi voz primera Fue en una noche tormentosa y fría… Un peñón de la cántabra ribera De asiento me servía: El aquilón silbaba,

Es bello, sí, en la aurora risueña… El palpitar primero de amante cora… Bello sentir brotando del alma sor… La perfumada lágrima de la primer… Bello, como en mañana se ve de pri…

Yo conozco esa voz: a su sonido Todo mi ser se estremeció tembland… Hela subir cual bélico alarido A los cielos mi muerte demandando. Conozco ya esa voz: un tiempo ufan…

Ven a mis manos de la tumba oscura, Ven, laúd lastimero, Do Tibulo cantaba su ternura Dando a Delia su acento postrimer…