#Mexicanos #PremioCervantes #PremioNobel #SigloXX
Arriba el agua abajo el bosque el viento por los caminos Quietud del pozo El cubo es negro El agua firme
Soy hombre: duro poco y es enorme la noche. Pero miro hacia arriba: las estrellas escriben. Sin entender comprendo:
Mis ojos te descubren desnuda y te cubren con una lluvia cálida de miradas
Rodeado de noche follaje inmenso de rumores grandes cortinas impalpables hálitos escribo me detengo
Dame, llama invisible, espada fría… tu persistente cólera, para acabar con todo, oh mundo seco, oh mundo desangrado,
Aquel joven soldado era sonriente y tímido y erguido como un joven durazno. El vello de su rostro se doraba con el rubor de los duraznos
Los sucesivos soles del verano, la sucesión del sol y sus veranos, todos los soles, el solo, el sol de soles, hechos ya hueso terco y leonado,
RÁFAGAS turquesa loros fugaces en parejas Vehemencias el mundo llamea Un árbol
Nacida al borde de un ladrillo en un rincón del patio, brizna de yerba combatiente contra el aire y la luz, aire y luz ella misma.
Con los ojos cerrados te iluminas por dentro eres la piedra ciega Noche a noche te labro con los ojos cerrados
Devora el sol restos ya inciertos; el cielo roto, hendido, es una fos… la luz se atarda en la pared ruino… polvo y salitre soplan sus desiert… Se yerguen más los fresnos, más de…
La palabra se levanta de la página escrita. La palabra, labrada estalactita, grabada columna,
Bajo el cielo fiel Junio corría arrastrando en sus aguas dulces fe… ardientes horas en la luz deshecha… frutos y labios que mi sed asía. Sobre mi juventud Junio corría:
No hay ni un alma entre los árboles Y yo no sé adónde me he ido
Inventa la noche en mi ventana otra noche, otro espacio: fiesta convulsa en un metro cuadrado de negrura.