muerte
El mar, cuyas brumas se elevan
para sesgarme
Cuando te sesgan crees saber
como seguir caminando
Puede ser talvez porque
el camino es inseguro
con seguridad de caída
en el mar extenso
Pero, ¿por qué las caídas dan miedo?
Todos jugando en aquel camino
para los conscientes, tortuoso
La luna... la luna llena eleva,
como al mar, mis emociones
Y llego a un éxtasis de confusiones,
pronto estímulo ilusorio
Pero sé que será efímero, sin correcciones
Descubriendo solamente
experiencias inefables, pero
¡Cuándo sabré la mayor incertidumbre
de saber a dónde caeré cuando
mi camino se vuelva angosto
y me bote!
Puede que en este mismo momento
sienta para qué se debe vivir
Puede que me reformule
si solo respiro
Pero si me adhiero
a algún pensamiento eterno
junto con sus promesas
Lo más probable es
que me sea indiferente saber si caigo
Pero la inseguridad en palabras ajenas
me impera a no escucharlas, a no sedarme
Ahora no, pero prontamente sabrás
que somos producto de
la relación causa consecuencia
—porque no hay un azar en sí mismo—
Misma que me hizo nacer
Misma que se encargará de demostrarte
—demostrarnos—
Que las caídas sanan todo
—digamos que suprimen—
Y en la hondura indiferente e incógnita
ante los ojos de los demás
Se perderá lo que más has amado
y se desvanecerá aquello
por lo que más has luchado
Pensamientos de cuando todavía no aceptas la muerte.
