the working bee
La lógica y la razón, entre dogmas y doctrinas, son palabras anodinas, cuando por imposición, soslayas la erudución
Es frágil el nexo de unión, —abundo con abundancia, y valga la redundancia–, entre orador y oración, entre prédica y adjuración.
¿Mejor, callar lo que pienso? ¿podría lamentarlo después? Sin reproches ni porqués voy a otorgar el dispenso, —aun pasando por menso—
La acción puede ser atroz siendo la intención pura y la palabra muy dura aunque dulce sea la voz. Ya está sufriendo temor
Disipados como niebla mis sueños con la alborada mueren, todo queda en nada mi cuerpo se encoge y tiembla. ¿cuándo la esperanza rebla,
¿De que sirven los poetas si no hacen soñar al pueblo? ¿de que sirven sus palabras si no compromete el verso? Canta y haz que las conciencias
Mi pasado se esfumó tras los pasos que ayer di. El presente, vive aquí, va caminando conmigo y al voltear aquella esquina,
Tan sólo somos cobayas en un ensayo global; experimento irracional y brutal dónde los haya. Otorga siempre quien calla
¿Quieres comer calabaza? tendrás que sembrar semillas, mucho antes labrar la arcilla, estercolar bien la haza, asumir las amenazas,
Hoy, rematando el último capitulo y en el umbral de uno nuevo, quiero detenerme un instante para abrazarte con palabras, con deseos que nacen del corazón vestidos de esperanza. Este año...
Entregado al hedonismo prescindí de la templanza, ebrio de ira y soberbia ignoré toda prudencia perdí Fé y fortaleza,
Sin saber dónde me meto, traspaso el umbral sombrío y dejo mi verso desnudo en manos del albedrío. Me apasiona el desafío
Líbrame del envidioso del pelusero egoísta del avaro egocentrista del resentido receloso del insaciable codicioso
Con el vaiven de las olas meciéndose en lontananza, absorto pasa las horas, así recobra esperanzas, como avezado serviola
Tras el monte de la vuelta, laderas de Tacoronte, el vetusto y arcano sol al lubrican sumergido liba el brumoso horizonte.