Te vi en otro mundo, bajo otro cielo, entre otros brazos; nos separaban kilómetros de casas
Está mi silencio colapsado por gritos que los recuerdos emiten a medianoche. A veces me despierta
Cuando me di cuenta era tarde: me había enamorado de un idiota que al final optó por abandonarme.
Podría esperarte incluso mil años pero no vivo tanto y no puedo perder los años que me quedan por vivir
Di que me amas como se aman los sueños y dilo sin miedo. Di que me sueñas como se sueñan los amores
A veces, en las noches, tengo sed, como muchos de los mortales. A veces, en la madrugada, tengo frío, como miles
Vivo escribiendo letras a veces inútilmente, pero saber que me lees hace que quiera escribir lo que guardo en el corazón.
Tengo la extraña habilidad de equivocarme en lo simple, de enamorarme de los errores, de tropezarme todos los días con la misma piedra de ayer.
Si supiera lo que sientes o supiera lo que escribes, si conociera quien es aquella por quien tú vives podría escuchar canciones
Volver a sentir vida después de mucho tiempo, escuchar vinilos, dormir de a ratos, cocinar al natural,
Mirarte a los ojos, reflejarme en ellos, parpadear de pronto y ver que no estás sino solo yo
A veces la veo mirando a la esquina y dice que hay alguien llorando al otro lado de la pared.
A ti, que sin pretender cambiarme transformaste mi vida y me amaste aun cuando ni siquiera yo misma podía soportarme.
Son tus ojos Negros como la noche Y preciosos como la luna Los que deberían ser míos, Y no de ella.
Siento tu cabello oscuro ahora en el viento diario, siento tus besos —el sabor de tus labios— en cada sorbo de chocolate.