Doce meses, un año Tratando de olvidarte. Once semanas, dos noches Pasando horas de insomnio. Diez días, tres almas
Si supiera lo que sientes o supiera lo que escribes, si conociera quien es aquella por quien tú vives podría escuchar canciones
Tus ojos merecen versos pero yo no soy poeta y me cuesta demasiado definirlos con letras, escribirlos con tinta,
Tus ojos son un firmamento poblado de estrellas, un telón de teatro que oculta la gran obra, un repelente de depresiones,
No se encontraron nuestras almas g… tampoco puede decirse que fuera ca… simplemente nos obligamos a cruzar… a que nuestras esperanzas se suici… pretendiendo compartir un presente
Está mi cuerpo lleno de firmas de huellas y marcas que guardan recuerdos —generalmente malos— que me impulsan a seguir
Cuesta encontrar a alguien que me escuche cuando no quiero hablar, que me mire cuando no puedo ver.
Porque cuando no te busco Te encuentro Y cuando no pretendo encontrarte Te veo. Porque jugar a las escondidas
Me gustaría verte sonreír una vez más, escuchar tu risa, mirarte a los ojos, otra vez.
Tengo la extraña habilidad de equivocarme en lo simple, de enamorarme de los errores, de tropezarme todos los días con la misma piedra de ayer.
Eres el punto y coma que le faltaba a mi vida para que todo compilara.
Me quedé esperándote no sé cuántas noches, mientras tu reías pasando las lunas. Te esperé sentada
Hace dos años un catorce de agosto se detuvo el tiempo en una estación. Por un accidente
Siento tu cabello oscuro ahora en el viento diario, siento tus besos —el sabor de tus labios— en cada sorbo de chocolate.
Volver a sentir vida después de mucho tiempo, escuchar vinilos, dormir de a ratos, cocinar al natural,