Pip Hernández

Madre nuestra

Madre mía que estás tan viva,
Tan buena,
Tan linda.
Madre mía que me das tu pan de cada día
Mejor o igual
Aunque nunca lo merezco.
Madre mía que me das los huesos de tus manos
La libertad en el dolor por cada paso.
Madre siempre erguida y entera y fuerte
Que no me dejas caer
En la tentación de aceptar lo mediocre.
Madre que quieres la libertad para mí
Y la risa abierta
Y la oración.
Madre de mística real de cada día
Que perdonas sin fin mi corazón roto
Madre mía. Madre nuestra.
Nunca me abandones en este mundo.
Llévame contigo.
Amén.

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