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Los pinares de la Isla por la costa van creciendo: quieren echarse a la mar y volverse marineros. Y las toronjas maduras
El caballo negro iba por un trillo: cada paso suyo bordaba el camino. El caballo ruano
El cielo es un espejo y la gaviota suelta su vela blanca desde la costa. Marinera del aire,
Juana tejedora, téjeme un pañuelo para ir a la boda de don Pirulero. Dame, jardinero,
Nene, vanos a dormir; no son horas de reír: duerme el viento, duerme el sol, duermen las gallinas
De parte del aguacero que cubran con un paraguas al retoño del almendro. El coralillo rosado debe prestar atención:
Cinta de arena para la nena. Gorro de sal para el coral. Y para el sol
Con sus pichones la codorniz a la sabana viene a dormir. Un perro ladra
Mi papalote, ¡qué lindo mi papalote! Vuela y vuela como un pájaro mi papalote. Un pájaro de papel
Siete relojes, siete semillas, siete pelotas y una sombrilla. Siete burbujas,
Mamá Gallina Jabada viene con la cresta erguida y las patas enfangadas. Y su polluelo amarillo corre del nido al jardín
Palma real, bandera viva en el paisaje clavada, tu nombre lo mece el viento, el viento que llega y pasa. Cuando al ondular susurras
EL día, una rosa blanca. La noche, un caballo negro. (La tarde, una mariposa que ha detenido su vuelo.)
Jazmín diamela, jazmín de España, jasmín criollo, ¡Ixora blanca! Lirio amarillo,
Subes a la portada, ¡quiquiriquí! entusiasmado cantas, ¡cucurucú! Veo tu pico amarillo,