#EscritoresCubanos #EscritoresMatanceros #ParaNiños
¿Qué venadito blanco cruza la noche cuando la luna llena brilla en el monte? ¿Qué venadito sediento
El tomeguín del pinar con su collar amarillo ya pica en el alpistillo, ya rápido echa a volar. Y va del ateje al güin,
Cua cua, cantaba la rana, cua cua, debajo del agua. Pasó una paloma:
Viajaré a la luna desde el campamento con su colorada pañoleta al cuello. Para complacerla
—Venga, venga, salamandra: ¡abra la puerta, saque la gata, busque la escoba, limpie la casa!
Jazmín diamela, jazmín de España, jasmín criollo, ¡Ixora blanca! Lirio amarillo,
—¡Hola, Pinocho!, ¿qué haces ahí? —Busco una joya que ayer perdí. —Dime, Pinocho, ¿que joya?, di. —Un pedacito de mi nariz.
En Playa Larga, el uvero, como homenaje al valor de los niños artilleros, ya no florece en febrero: en abril abre la flor.
Cinta de arena para la nena. Gorro de sal para el coral. Y para el sol
Camarada del sapo, del río hermana, amiga de la piedra, nieta del agua. Nieta del agua
El caballo negro iba por un trillo: cada paso suyo bordaba el camino. El caballo ruano
¡Jey, vaya, toro, con el arreo! Los toros toros, sus cuernos cuernos, en el camino
Caperucita Roja, juega conmigo: yo seré un día lunes y tú domingo. Juega conmigo:
Porque no saben quererte me dicen que eres muy fea. Duerme... Duerme... Duerme, que te coge el gato y las tijeras muerden.
De parte del aguacero que cubran con un paraguas al retoño del almendro. El coralillo rosado debe prestar atención: