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De los cuatro muleros que van al campo, el de la mula torda, moreno y alto. De los cuatro muleros
Tengo miedo a perder la maravilla de tus ojos de estatua y el acento que de noche me pone en la mejilla la solitaria rosa de tu aliento. Tengo pena de ser en esta orilla
El río Guadalquivir va entre naranjos y olivos. Los dos ríos de Granada bajan de la nieve al trigo. ¡Ay, amor
Un bello niño de junco, anchos hombros, fino talle, piel de nocturna manzana, boca triste y ojos grandes, nervio de plata caliente,
El remanso del aire bajo la rama del eco. El remanso del agua bajo fronda de luceros. El remanso de tu boca
Ayer. (Estrellas azules.) Mañana. (Estrellitas
La guitarra, hace llorar a los sueños. El sollozo de las almas perdidas, se escapa por su boca
Sobre el monte pelado un calvario. Agua clara y olivos centenarios. Por las callejas
CIPRÉS Ciprés. (Agua estancada.) Chopo (Agua cristalina.)
Nadie comprendía el perfume de la oscura magnolia de tu vientr… Nadie sabía que martirizabas un colibrí de amor entre los dient… Mil caballitos persas se dormían
Verte desnuda es recordar la Tier… La Tierra lisa, limpia de caballo… La Tierra sin un junco, forma pur… cerrada al porvenir: confín de pla… Verte desnuda es comprender el ans…
El campo de olivos se abre y se cierra como un abanico. Sobre el olivar
Viento del Este; un farol y el puñal en el corazón. La calle
La muerte entra y sale de la taberna. Pasan caballos negros y gente siniestra
La mar no tiene naranjas. ni Sevilla tiene amor. Morena, qué luz de fuego. Préstame tu quitasol. Me pondrá la cara verde,