#1979 #Cotidianas #EscritoresUruguayos
Tal vez haya un rigor para encontr… el corazón de rosa rigurosa ya que hablando en rigor no es poc… que tu rigor de rosa no te harte. Rosa que estás aquí o en cualquier…
No hay ángeles no hay dios no hay cielo no hay regreso sin embargo
Tus ojos miran como dos latidos tu corazón no puede con su roca, tu memoria se tapa los oídos. Maldices aunque no muevas la boca, sigues comprando el surco y los ma…
En las puertas de hoy ya no se usan, pero en las viejas puertas había siempre alguna mano (de hierro, de bronce) que era antes que nada un llamador. A Inés le habían atraído estas manos...
Los encuentro felices luminosos incrédulos lozanos no saben todavía qué hacer con est… que los mira pasar o los recibe con asombro y con lágrimas
A sus treinta y cinco años, Ileana Márquez tenía marido (Dámaso) y amante (Marcos). Saberse querida, o al menos deseada por ambos, no le causaba la menor ansiedad, más bien le otorgaba ...
Sólo cuando el ciclón / avergonzad… de su servil escándalo de agosto / se abandona en un último jadeo las ideas se tornan macilentas penitentes / resecas / agobiadas
Algunas claves del futuro no están en el presente ni en el pasado están
Oiga, che—me dijo Medardo Robles, a eso de las dos de la madrugada, en el Café y Bar La Redoblona, mientras empinaba despacito su quinto o sexto espinillar—, ¿por qué no escribe un cuen...
Vení vamos a discurrir por el antes como antes es un peregrinaje inesperado y el turismo interior está de moda
Si cada hora viene con su muerte si el tiempo es una cueva de ladro… los aires ya no son los buenos air… la vida es nada más que un blanco… usted preguntará por qué cantamos
Para matar al hombre de la paz para golpear su frente limpia de p… tuvieron que convertirse en pesadi… para vencer al hombre de la paz tuvieron que congregar todos los o…
Desde todos los sueños cardinales llega la culpa como un aleluya se nos cuelga del alma y la acepta… como un interrogante de la noche y ella se queda pálida extenuada
El fulano está insomne y la mengana surca su noche de recelos él traga sus tabletas porque intenta dormirse
Esta piel de mis poros y mis alergias esta piel de mis pecas y mis pecados de mis lunares