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Sobre el cielo negro, culebrinas amarillas. Vine a este mundo con ojos y me voy sin ellos. ¡Señor del mayor dolor!
Con una cuchara arrancaba los ojos a los cocodrilo… y golpeaba el trasero de los monos… Con una cuchara. Fuego de siempre dormía en los ped…
En la luna negra de los bandoleros, cantan las espuelas. Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto?
Ni tú ni yo estamos en disposición de encontrarnos. Tú... por lo que ya sabes. ¡Yo la he querido tanto!
En el soto, los alamillos bailan uno con otro. Y el arbolé, con sus cuatro hojitas,
¡Esa esponja gris! Ese marinero recién degollado. Ese río grande. Esa brisa de límites oscuros. Ese filo, amor, ese filo.
La guitarra, hace llorar a los sueños. El sollozo de las almas perdidas, se escapa por su boca
Yo decía: “Tarde” Pero no era así. La tarde era otra cosa que ya se había marchado. (Y la luz encogía
Si muero, dejad el balcón abierto. El niño come naranjas. (Desde mi balcón lo veo). El segador siega el trigo.
Córdoba. Lejana y sola. Jaca negra, luna grande, y aceitunas en mi alforja. Aunque sepa los caminos
Cristo moreno pasa de lirio de Judea a clavel de España. ¡Miradlo por dónde viene!
Hay dulzura infantil En la mañana quieta. Los árboles extienden Sus brazos a la tierra. Un vaho tembloroso
Me han traído una caracola. Dentro le canta un mar de mapa. Mi corazón se llena de agua
Quiero bajar al pozo quiero subir los muros de Granada para mirar el corazón pasado por el punzón oscuro de las aguas. El niño herido gemía
Aquel rubio de Albacete vino madre, y me miró ¡no lo puedo mirar yo! Aquel rubio de los trigos hijo de la verde aurora,