A Ribeiro Couto
#EscritoresChilenos
Recuerdo gestos de criaturas y son gestos de darme el agua. En el valle de Río Blanco, en donde nace el Aconcagua, llegué a beber, salté a beber
El espino prende a una roca su enloquecida contorsión, y es el espíritu del yermo, retorcido de angustia y sol. La encina es bella como Júpiter,
En el llano y la llanada de salvia y menta salvaje, encuentro como esperándome el Aire. Giran redondo, en un niño
¿En dónde tejemos la ronda? ¿La haremos a orillas del mar? El mar danzará con mil olas haciendo una trenza de azahar. ¿La haremos al pie de los montes?
Aquel mismo arenal, ella camina siempre hasta cuando ya duermen lo… y aunque para dormir caiga por tie… ese mismo arenal sueña y camina. La misma ruta, la que lleva al Es…
Mi amigo me escribe: “Nos nació u… La carta esponjada me llega de aquel vagido; y yo la abro y po… el vagido caliente en mi cara. Les nació una niña con los ojos su…
Yo tengo en esa hoguera de ladrill… yo tengo al hombre mío prisionero. Por corredores de filos amargos y en esta luz sesgada de murciélag… tanteando como el buzo por la grut…
Hay besos que pronuncian por sí so… la sentencia de amor condenatoria, hay besos que se dan con la mirada hay besos que se dan con la memori… Hay besos silenciosos, besos noble…
Ciervo de los Andes, aire de los aires consentido, ¿dónde mascarás la hierba con belfos enternecidos? En los Natales* partías
En esta hora, amarga como un sorbo… Tú sosténme, Señor. ¡Todo se me ha llenado de sombras… y el grito de pavor! Amor iba en el viento como abeja d…
Yo no quiero que a mi niña golondrina me la vuelvan; se hunde volando en el Cielo y no baja hasta mi estera; en el alero hace el nido
Caperucita Roja visitará a la abu… que en el poblado próximo sufre de… Caperucita Roja, la de los rizos… tiene el corazoncito tierno como u… A las primeras luces ya se ha pues…
Niñita de pescadores que con viento y olas puedes, duerme pintada de conchas, garabateada de redes. Duerme encima de la duna
Ojitos de las estrellas abiertos en un oscuro terciopelo: de lo alto, ¿me veis puro? Ojitos de las estrellas,
¡Boca temblorosa, boca de canción: boca, la de Teócrito y de Salomón! La mayor caricia