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De parte del aguacero que cubran con un paraguas al retoño del almendro. El coralillo rosado debe prestar atención:
La flor del tomillo buscaba una abeja: una abeja sola, una sola obrera. En el viejo pino
Siete relojes, siete semillas, siete pelotas y una sombrilla. Siete burbujas,
Cinta de arena para la nena. Gorro de sal para el coral. Y para el sol
¡Limón, limón! Limón agrio, limón criollo, limón dulce, limón chino,
En su casa de hojas despierta el pájaro porque, anunciado el día, se entona el gallo. Canta seguido,
¿Qué venadito blanco cruza la noche cuando la luna llena brilla en el monte? ¿Qué venadito sediento
En el río San Juan vive un pececito que aprende a nadar. Sobre el Yumirí —iris diminuto—
Torito camagüeyano y de la sabana rey, he venido de muy lejos queriéndote conocer. Debajo del algarrobo
En el mar se ve a Camilo sobre un caballo lucero; viene al frente de la tropa, de capitán del recuerdo. Trae ejércitos de rosas,
A la gallinita ciega ayer tarde la curé: puse en aguas tres vicarias y los ojos le lavé. Hoy paseó con sus pollitos
Aserrín Aserrán. Puñadito de violetas, limoncito verdemar, anillito de corales.
Entre las lomas el día nace. Límpidas gotas la noche esparce sobre la hierba
La Sierra Maestra ¡tan alta, tan grande! ¡tan brava, tan bella! De roca para el tirano; para el patriota, de miel.
Yo tengo un sombrero alón donde cabe un aguacero, y botas que reconocen los caminos del vaquero. ¡Qué bien te sabré domar,