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¡Que ruede la rueda de pan y canela! Que llegue al campo, que busque el trigo, que diga al agua
Tiene la vaca bermeja un ternerito de nata. Se lo encontró en el corral un jueves por la mañana. Quiso llevarlo a pasear
Caperucita Roja, juega conmigo: yo seré un día lunes y tú domingo. Juega conmigo:
En su casa de hojas despierta el pájaro porque, anunciado el día, se entona el gallo. Canta seguido,
Cua cua, cantaba la rana, cua cua, debajo del agua. Pasó una paloma:
La flor del tomillo buscaba una abeja: una abeja sola, una sola obrera. En el viejo pino
EL día, una rosa blanca. La noche, un caballo negro. (La tarde, una mariposa que ha detenido su vuelo.)
Zapatero de mi pueblo: usa clavitos de plata en el par de botas nuevas que quiero para mañana. Han de ser de cuero rojo,
Aserrín Aserrán. Puñadito de violetas, limoncito verdemar, anillito de corales.
El caballo negro iba por un trillo: cada paso suyo bordaba el camino. El caballo ruano
¡Jey, vaya, toro, con el arreo! Los toros toros, sus cuernos cuernos, en el camino
Los gallos de Trinidad, de la tarde a la mañana, velan los viejos palacios, cuidadn la Torre de Iznaga. En la Popa y la Vigía
El cielo es un espejo y la gaviota suelta su vela blanca desde la costa. Marinera del aire,
—¡Hola, Pinocho!, ¿qué haces ahí? —Busco una joya que ayer perdí. —Dime, Pinocho, ¿que joya?, di. —Un pedacito de mi nariz.
En primavera, nidos y flores. En el verano, lo aguaceros. En el otoño, las hojas secas. Los aguinaldos en el invierno.