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La venta de Cidones está en la ca… que va de Soria a Burgos. Leonard… que llaman la Ruipérez, es una vie… que aviva el fuego donde borbolla… Ruipérez, el ventero, un viejo dim…
Con este libro de melancolía, toda Castilla a mi rincón me llega… Castilla la gentil y la bravia, la parda y la manchega. ¡Castilla, España de los largos r…
El sol es un globo de fuego, la luna es disco morado. Una blanca paloma se posa en el alto ciprés centenario. Los cuadros de mirtos parecen
El hombre de estos campos que ince… y su despojo aguarda como botín de… antaño hubo raído los negros encin… talado los robustos robledos de la… Hoy ve sus pobres hijos huyendo de…
La Mancha y sus mujeres... Argama… Esquivias, Valdepeñas, La novia d… y del manchego heroico, el ama y l… (el patio, la alacena, la cueva y… la rueca y la costura, la cuna y l…
Al borrarse la nieve, se alejaron los montes de la sierra. la vega ha verdecido al sol de abril, la vega tiene la verde llama,
Cabe la vida entera en un soneto empezado con lánguido descuido, y, apenas iniciado, ha transcurrid… la infancia, imagen del primer cua… Llega la juventud con el secreto
Era un niño que soñaba un caballo de cartón. Abrió los ojos el niño y el caballito no vio. Con un caballito blanco
La tarde está muriendo como un hogar humilde que se apaga… Allá, sobre los montes, quedan algunas brasas. Y ese árbol roto en el camino blan…
center Una larga carretera entre grises peñascales, y alguna humilde pradera donde pacen negros toros. Zarzas,…
En una tarde clara y amplia como e… cuando su lanza blanda el tórrido… copiaban el fantasma de un grave s… mil sombras en teoría, enhiestas s… La gloria del ocaso era un purpúre…
Ante el pálido lienzo de la tarde, la iglesia, con sus torres afilada… y el ancho campanario, en cuyos hu… voltean suavemente las campanas, alta y sombría, surge.
right...En el intermedio de la pri… Valcarce, dulce amigo, si tuviera la voz que tuve antaño, cantaría el intermedio de tu primavera —porque aprendiz he sido de ruiseñ…
Amada, el aura dice tu pura veste blanca... No te verán mis ojos; ¡mi corazón te aguarda! El aura me ha traído
Tuvo mi corazón, encrucijada de cien caminos, todos pasajeros, un gentío sin cita ni posada, como en andén ruidoso de viajeros. Hizo a los cuatro vientos su jorna…