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—¿Qué es poesía?, dices, mientras… en mi pupila tu pupila azul, ¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo pregu… Poesía... eres tú.
Lejos y entre los árboles de la intrincada selva, ¿no ves algo que brilla y llora? Es una estrella. Ya se la ve más próxima,
Alguna vez la encuentro por el mun… y pasa junto a mí; y pasa sonriéndose, y yo digo: —¿Cómo puede reír? Luego asoma a mi labio otra sonris…
Cendal flotante de leve bruma, rizada cinta de blanca espuma, rumor sonoro de arpa de oro, beso del aura, onda de luz,
No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lir… podrá no haber poetas; pero siempr… habrá poesía. Mientras las ondas de la luz al be…
Su mano entre mis manos, sus ojos en mis ojos, la amorosa cabeza apoyada en mi hombro. ¡Dios sabe cuántas veces,
Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su ll… y la frase en mis labios expiró. Yo voy por un camino, ella por otr…
Por los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, duermen los extravagantes hijos de mi fantasía, esperando en silencio que el arte los vista de la palabra para poderse...
Las ondas tienen vaga armonía: las violetas, suave olor; brumas de plata, la noche fría; luz y oro, el día; yo, algo mejor:
Como en un libro abierto leo de tus pupilas en el fondo; ¿a qué fingir el labio risas que se desmienten con los oj… ¡Llora! No te avergüences
Si al mecer las azules campanillas de tu balcón crees que suspirando pasa el vient… murmurador, sabe que, oculto entre las verdes…
Despierta, tiemblo al mirarte; dormida, me atrevo a verte; por eso, alma de mi alma, yo velo mientras tú duermes. Despierta, ríes, y al reír, tus la…
Cuando me lo contaron sentí el frí… de una hoja de acero en las entrañ… me apoyé contra el muro, y un inst… la conciencia perdí de donde estab… Cayó sobre mi espíritu la noche;
Este armazón de huesos y pellejos, de pasear una cabeza loca se halla cansado al fin, y no lo e… pues, aunque es la verdad que no s… de la parte de vida que me toca
Porque son, niña, tus ojos verdes como el mar, te quejas; verdes los tienen las náyades, verdes los tuvo Minerva, y verdes son las pupilas