#EscritoresMexicanos
¡No porque está callada y ya no te responde, la motejes; no porque yace helada, severa, inmóvil, rígida, la huyas; no porque está tendida
¡Ay de mí! Cuantas veces, arrobad… en la contemplación de una quimera… me olvidé de la noble compañera que Dios puso a mi lado. —¡Siempre estás distraído! —me dec…
Me la trajo quedo, muy quedo, el… y un día, en silencio me la arreba… llegó sonriendo; se fue sonriente; quedamente vino; vivió quedamente;
Tu cabellera es negra como el ala del misterio; tan negra como un ló… jamás, como un adiós, como un «¡qu… Pero hay algo más negro aún: ¡tus… Tus ojos son dos magos pensativos,
Por diez años su diáfana existenci… Diez años en mi mano su mano se ap… ¡y en sólo unos instantes se me pu… que por siempre mis besos congeló! ¡Adonde iréis ahora, pobre nidada…
Yo soy tan poca cosa, que ni un do… Mas tú, Padre, me hiciste merced… Ha un año que lo sufro, y un año y… por él en estatura espiritual, Señ… ¡Oh Dios, no me lo quites! Él es…
Bien venga, cuando viniere, la Muerte: su helada mano bendeciré si hiere... He de morir como muere un caballero cristiano.
Bardos de frente sombría y de perfil desprendido de alguna vieja medalla; los de la gran señoría, los de mirar distraído,
Tú eras la sola verdad de mi vida, el resto, ¿qué es? Humo... palabras, palabras, palabr… ¡mientras la tumba me hace enmudec… Tú eras la mano cordial y segura
Cuando lloro con todos los que llo… cuando ayudo a los tristes con su… cuando parto mi pan con los que im… eres tú quien me inspira, sólo tú, Cuando marcho sin brújula ni tino,
Amiga, mi larario está vacío: desde qu’el fuego del hogar no ard… nuestros dioses huyeron ante el fr… hoy preside en sus tronos el hastí… las nupcias del silencio y de la t…
La santidad de la muerte llenó de paz tu semblante, y yo no puedo ya verte de mi memoria delante, sino en el sosiego inerte
Había un ángel cerca de mí, mas no le vi... Posó las plantas maravillosas entre las zarzas de mi erial, y yo, en tanto, estaba viendo otras…
«Espíritu que naufraga en medio de un torbellino, porque manda mi destino que lo que no quiero haga; »frente al empuje brutal
Si negare alguno que Santa María, del Dios Paracleto paloma que alb… concibió sin mengua de su doncellí… ¡anatema sea! Anatema los que burlan el prodigio…