#EscritoresCamagüeyanos #EscritoresCubanos
La pared cruje. Grieta en lo blanco. Allá va, desunido, el cuarto. Detrás del tragaluz
La letra con sangre entra como el amor. Mas no dura en el cuerpo la escritura, ni con esa herida encuentra paz el amante. Se adentra
Abierta, no, entrejunta. Esa ranura mira. Detrás de lo blanco, blanco.
El gamo, contra el naranja del bosque, pasa mojado, veloz. El aire cuajado añade al bosque una franja de aros dispersos. En esos
El amor es decir: “Ven a mi casa y comparte conmigo la luz y la pal… Disfruta de mi paz, habla tu idiom… que es como el mío cuando tú lo ha… El amor es decir: “Ven a mi mesa
Jardín de los idiomas en el pecho… navegas Curazao contra la costa ar… —pez de fina madera y rosa de los… sobre tu puente gira la luna innav… Jardín de la palabra, forjas en el…
¿Los dioses se fueron, se quedaron, murieron con Beny Moré ellos que con él alucinaban, o habitan aún las orquestas habane…
Omítemela más que lo omitido cuando alcanza y define su aporía, enciende en el reverso de su día un planeta en la noche del sentido… A pulso no: que no disfruta herido…
Contra todos los idiomas, contra ustedes, señores sapos, tri… contra la Real Academia de la Mal… contra el seseo español, contra el merci, merci monsieur y…
Oye, qué acordeones falsos. La lucidez, el muro blanco, (la voz gangosa del disco) rayado, un leopardo arisco preso entre los hilos rojos.
La posición, que es a la vez la tragedia del escritor en Cuba, puede resumirse en muy pocas palabras: el escritor no es un profesional, no tiene una manera de vivir de su trabajo, o com...
Renuncia a tu cuidado, bien lo sé:… ese dolor que tu embestida aqueja, en alivio y placer muda la queja, más sosegada cuanto más penetras. Cerveza transmutada o sidra añeja,
Flauta. Son. La madrugada se descompone en su prisma de grises donde se abisma el gris de tu voz rajada. Blanco. La línea borrada
Poco interés presentan estas cosas para un Concilio, que otras más ur… —la talla de los ángeles, las fuen… del Edén–, y sin duda, más valiosa… apremian sin cesar. Insisto empero
¡No es cierto lo que dicen! No he matado a cien personas. Sólo a unas cuarenta, y otras veinte torturadas... es decir, veintidós, porque había dos niños, ahora que recuerdo. Pues bien, ...