#EscritoresChilenos
Una paloma ingrata su amante deja, su amante deja, por seguir a otro amante que la aconseja,
El joven para casarse siempre busca bonitura, con la soberbia que tiene yo lo dejé en la basura. Huichi huichi que sí, que sí,
Si lo que amo tiene dueño digo que me moriré, tan lejos venirte a ver mira si no te quedré. Póngame siete botellas,
Quisiera tener cien pesos pa´ buscarme un amorcito, porque de balde no hay caso que me quieran un poquito. Quién tuviera, señores,
Un bergantín velero los mares cruza con rapidez, no le temo al madero para postrarme niña a tus pies. No me hagas más sufrir
Qué palabra te dijera que llegue a tu corazón con la fuerza que al enfermo lleva la muerte su voz, reinando sobre lo humano
Pa’ cantar de un improviso se requiere buen talento, memoria y entendimiento, fuerza de gallo castizo. Cual vendaval de granizos
Qué pena siente el alma cuando la suerte impía se opone a los deseos que anhela el corazón. Qué amargas son las horas
Son tus ojos los que busco No los encuentro; Son tus labios los que quiero Ver sonreír Pero ellos me son tan ingratos
Amada prenda querida que has sido mal pagadora, tanto como te quería te tenía en la memoria. Te tenía en la memoria
Imposible que la luna le quite al sol su carrera. Más imposible será quitarme de que te quiera. Quitarme de que te quiera
Atención, mozos solteros, lo que les voy a explicar: no porque tengan dinero digan “me quiero casar”. No digan “voy a gozar”
Una naranja me dieron, a mi dos me la quitaron, entre tres la arrebataron, cuatro por mí se opusieron, cinco la vida rindieron,
Por este joven que baila me castigo en un convento y la niña que se vaya al séptimo regimiento. Para qué le digo más.
Qué contenta estarás, bella joven, reclinada en tu lecho de flores y yo vengo en mis noches sombrías a cantarte mis bellas canciones. Bella joven que ahora duermes