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El pie en el primer estribo Del viaje inicial. En los ojos, en los ojos ¡qué mundos de maravilla! Y la primera mirada
Cada cosa tiene un pulso: Pon la mano en su latido. Cada cosa dice algo: acerca humilde el oído. Poema de la ele
Si pregunta por mí, traza en el su… una cruz de silencio y de ceniza sobre el impuro nombre que padezco… Si pregunta por mí, di que me he m… y que me pudro bajo las hormigas.
Despierto es el embozo de sonrisa que el abanico de una estrella vel… mientras el ojo caricioso cela el paisaje vestido de su brisa. Alegría inefable; alma indivisa
Desato mis sentidos en la tarde a pastar la inocencia del paisaje. Mis pupilas inquietas van de viaje… mis canciones taladran lejanías. Y regreso—halconero de mis sueños—
Ya solo soy la sombra de tu ausenc… una oscura mitad que se acostumbra… dulce granada abierta en la penumb… madura a tu rigor. Sorda existenci… Desmayado vivir, ciega obediencia
Al fin, calzo las botas de vencer los caminos. Marcho bajo una lluvia de cancione… trepando las montañas
¿Eres el que lloroso encanecía príncipe de la pluma esplendorosa, que si no el don perfecto de la ro… tienes don de profética elegía? Levantas tu escarpada melodía
Yo pienso, luego existo en mariposas, en silencio, en niña… en agua distraída que se asoma a l… Yo pienso, luego hago amapolas y pájaros y raíces de cie…
Descalza arena y mar desnudo. Mar desnudo, impaciente, mirándose… El cielo continuándose a sí mismo, persiguiendo su azul sin encontrar… nunca definitivo, destilado.
¿Y si llegaras tarde, cuando mi boca tenga sabor seco a cenizas, a tierras amargas? ¿Y si llegaras cuando
Tu aceite crece en perfumadas veta… de fosfóricos tonos amarillos que despide a los tardos lazarillo… y declara baldadas las muletas... Sobre la piel tatuada por las grie…
Miro pasar tus olas De trémulas espumas, coronadas Por blancas caracolas O ardorosas estrellas conjugadas Sobre las que graciosa sobrenadas.
Del punto claro donde nace el día y la lechosa estrella palidece miro caer las rosas que a porfía el alba pura entre sus dedos mece. La lengua que bañada en armonía
Toma lección del pez o de la piedr… abre el pecho al silencio de María… tu sol desciende, se consuma el dí… tu palabra debajo de la hiedra. La espada, huésped sorda del latid…