#EscritoresColombianos
Gracias, señor Por hacerme débil Loco Infantil Gracias por estas cárceles
Fuiste un testigo indolente Ni comprendiste Ni ayudaste a la víctima. Fuiste un cómplice de la perfidia… Tácitamente aceptaste
Ya para qué seguir siendo árbol Si el verano de dos años Me arrancó las hojas y las flores Ya para qué seguir siendo árbol Si el viento no canta en mi follaj…
Yo broté de un muchacho atormentad… que soñaba diurnos sueños de ser q… Al principio fui pensar intermiten… y él me dejaba hacer sin saber que… con el correr del tiempo por supla…
Caigo de mí hacia mí ¿Dolor? no ¿Angustia? no ¿Qué pues?
En el cielo profundo de mis mastur… ocupas ese ámbito de deseo irrefre… Inagotable y tierno que te devora… aunque tú no lo sepas Tu cuerpo… Y es tan mío como no pudo serlo al…
Es Raúl Gómez Jattin todos sus a… Y es Raúl Gómez ninguno cuando pa… Cuando pasa todos son todos Nadie soy yo Nadie soy yo Por qué querrá esa gente mi person…
Llegó Abril con sus aguas escasas colocando diamantes en cada hoja El mes de los árboles aún sediento… El mes de la enredadera que trepa…
Ah desdichados padres Cuánto desengaño trajo a su noble… el hijo menor el más inteligente En vez de abogado respetable
«Dibujo tu perfil del faro a las m… Luz de alucinaciones son tus ojos… El mar salta en las piedras y mi a… El sol se hunde en el agua y el ag… Eres casi de sueño. Eres casi de…
No sé donde arderás ahora corazón… Necesito entregarte siempre como e… Es urgente que enfermes otra vez y… Qué voy a hacer contigo ahí desocu… como estúpida biología Vamos desha…
Si las nubes no anticipan en sus f… Si los colores del río no figuran… Si no remiendas con tus manos de a… Si mis amigos no son una legión de… Qué será de mí.
Cuánta congoja agazapada Llevas, Eusebio El paisaje moral de tus contemporá… Te afectó como una lepra blanca. Eres demasiado sensible, muchacho
Que te vas a acordar Isabel de la rayuela bajo el mamoncillo d… de las muñecas de trapo que eran n… de la baranda donde llegaban los b… Habana cargados de…
A esa abuela ensoñada venida de Constantinopla A esa mujer malvada que me esquilmaba el pan A ese monstruo mitológico