#EscritoresMexicanos
Hay un árbol inmóvil hay otro que avanza un río de árboles golpea mi pecho Es la dicha
Canta en la punta del pino un pájaro detenido, trémulo, sobre su trino. Se yergue, flecha, en la rama, se desvanece entre alas
En el azul unánime los domos de los mausoleos −−negros, reconcentrados, pensativ… emitieron de pronto pájaros.
Vuelve a la noche, racimo de horas sombrías; córtalo, come el fruto de tiniebla… saborea la ignorancia. Con orgullo de árbol
Aquí los antiguos recibían al fueg… Aquí el fuego creaba el mundo Al mediodía las piedras se abren c… El agua abre los párpados La luz resbala por la piel del día
Las piedras son tiempo El viento siglos de viento Los árboles son tiempo las gentes son piedras
EL salto de la ola más blanca cada hora más verde cada día
A Juan José Arreola Altos muros del agua, torres altas… aguas de pronto negras contra nada… impenetrables, verdes, grises agua… aguas de pronto blancas, deslumbra…
Entre la noche y el día hay un territorio indeciso. No es luz ni sombra: es tiempo. Hora, pausa precaria,
Si ES real la luz blanca de esta lámpara, real la mano que escribe, ¿son reales los ojos que miran lo escrito? De una palabra a la otra
Sobre la arena escritura de pájaros: memorias del viento.
Hoy recuerdo a los muertos de mi c… Al primer muerto nunca lo olvidamo… aunque muera de rayo, tan aprisa que no alcance la cama ni los óleo… Oigo el bastón que duda en un peld…
Arriba el agua abajo el bosque el viento por los caminos Quietud del pozo El cubo es negro El agua firme
Rápidas manos frías retiran una a una las vendas de la sombra Abro los ojos todavía
Nombras el árbol, niña. Y el árbol crece, lento y pleno, anegando los aires, verde deslumbramiento, hasta volvernos verde la mirada.