De Fuera del Juego, 1968
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Te has despertado por lo menos mil… buscando la casa en que tus padres… tiempo, buscando el pozo negro donde oías el tropel de las ranas, las tataguas que el…
Mi absurda persuasión abriéndole c… pero la poesía no entra. Ella no elije noches para entrar.… dominio impone –como afirman– de n… A cualquier hora el mundo la despl…
Él no es el hombre que salta la ba… sintiéndose ya cogido por su tiemp… oculto en el vagón que jadea o que huye entre los terroristas,… hombre del pasaporte cancelado
No pudimos hacerla florecer en el… y la dejamos en el jardín, que es su lugar natural.
Yo vivo en Cuba. Siempre he vivido en Cuba. Esos años de v… por el mundo de que tanto han habl… son mis mentiras, mis falsificacio… Porque yo siempre he estado en Cu…
De un rumor creciente y voluptuoso se llenan para mí los días. Dispongo de este mundo exasperado
Cada vez que regreso de algún viaj… me advierten mis amigos que a mi l… Y no es porque declare con aire so… lo hermoso que es el mundo o gesticule como si anduviera
Se pueden ver a lo largo de toda… Verdes o rojos o amarillos, descas… y el sol, verdaderos paisajes de e… de guerra. El viento arranca los letreros de…
¡Al poeta, despídanlo! Ese no tiene aquí nada que hacer. No entra en el juego. No se entusiasma. No pone en claro su mensaje.
Mis amigos no deberían exigirme que rechace estos símbolos perplej… que han asaltado mi cultura. (Ellos afirman que es inglesa.) No deberían exigirme
Autorretrato del otro ¿Son estremecimientos, náuseas, efusiones, o más bien esas ganas que a veces tiene el hombre de gri…
Los viajeros tal vez, pero yo no estoy seguro de que pue… protección. En el mundo ya no quedan zonas de… Cuando subo escaleras de cualquier…
El hombre que devora los periódico… no está en un circo como los trape… candela. Si hace un poco de sol se le puede… parques nevados o entrando en el M…
El amor, la tristeza, la guerra abren su puerta cada día, brincan sobre su cama y él no les dice nada. Cogen su perro y lo degüellan, lo…
Cuando yo era un poeta que me pase… por las calles del Kremlin, culto en los más oscuros crímenes… Ala y Katiushka preferían acariciarme la cabeza,