#EscritoresArgentinos
El mar, lleno de urgencias masculi… bramaba alrededor de tu cintura, y como un brazo colosal, la oscura ribera te amparaba. En tus retinas… y en tus cabellos, y en tu astral…
Grave fue nuestro amor, y más call… aquella noche frescamente umbría, polvorosa de estrellas se ponía cual la profundidad de una cascada… Con la íntima dulzura del suceso
Cuatro bellezas tiene el año, Cuatro bellezas como tú, Que me enumera el bonzo extraño Con su puntero de bambú. Es la primera, al desperezo
Al llegar la hora esperada en que de amarla me muera, que dejen una palmera sobre mi tumba plantada. Así cuando todo calle,
Sabio jorobado, pide a la taberna, Comadre del diablo, su teta de lob… El vino te enciende como una linte… Y en turris ebúrnea trueca tu joro… Porque de nodriza tuviste una loba
Soñé la muerte y era muy sencillo; una hebra de seda me envolvía, y a cada beso tuyo, con una vuelta menos me ceñía y cada beso tuyo
El insinuante almizcle de las bram… se esparcía en el viento, y la opo… selva estaba olorosa como una mujer. De los extraños panoramas surgiste en tu cendal de gasa brun…
La tarde, con ligera pincelada que iluminó la paz de nuestro asil… apuntó en su matiz crisoberilo una sutil decoración morada. Surgió enorme la luna en la enrama…
En la tarde suave y cálida, Desde el diván carmesí, Alzas fielmente hasta mí Tus lentos ojos de pálida. Con la espectral ilusión
Obsta con densa máscara de seda el cruel carmín de tu inviolada bo… y la gran noche azul de tus pupila… y el cielo de tu fuente luminosa. Destrenza tus cabellos como un due…
Largamente, hasta tu pie se azula el mar ya desierto, y la luna es de oro muerto en la tarde rosa té. Al soslayo de la luna
Al rendirse tu intacta adolescenci… emergió, con ingenuo desaliño, tu delicado cuello, del corpiño anchamente floreado. En la opulenc… del salón solitario, mi cariño
Sobre el remanso azul, agudo acech… Desde un lánguido gajo del sauzal, En inminente inclinación de flecha… La lentitud profunda del caudal. Oro de sol en la corriente boya...
Desde que el horizonte suburbano, El plenilunio crepuscular destella… En el desierto comedor, un lejano Reflejo, que apenas insinúa su hue… Hay una mesa grande y un anaquel m…
En aquel día de oro suave Que no tiene fin ni comienzo, Sobre el cielo lavado de azul como… Se destaca la nave. Serenísima cabalga