Cuando salí de collores fue en una jaquita baya, por un sendero entre mayas arropás de cundiamores. Adiós, malezas y flores
¡Ojos tuyos! Ojos negros, que el… Pupilas que se dilatan ante la azu… Astros donde la luz se ennegrece para que haya estrellas en la clar… Viajeros en que el polvo de la Ví…
Una novia en la playa... Una vela en el mar... Los péndulos de hojas, que cuelgan del cocal, tararean, ean, ean,
Linda rubia: las otras lindas rubi… saben que tú eres la más rubia ent… ¿De qué áureos medievales, de qué… de virreinos en flor, de qué moned… por el roce de siglos derretidas,
No sé si danés o ruso, genial cuentista relata que en el nido de una pata la hembra de un cisne puso. Y ahorrando las frases de uso
Bella ficción de reinas y de reyes… Oh, carnaval, alegre carnaval, que unces tus yuntas de mejores bu… y aras la carne en el vaivén del v… Arado quo revuelcas corazones,
A la orilla del camino que en la sierra se encarama, mi gallo duerme en la rama de viejo laurel sabino. Le corre ardor masculino
A doña Panchita el sol la hizo de carne trigueña. El sol la hizo buena moza. El sol la hizo buena hembra. Le puso negro el cabello;
Mi gallo ama el bosque umbrío de la verde cordillera y la caricia casera de la hamaca en el bohío. Cuando lanza su cantío,
Para asomarme, desde mi alma, al m… ábrete y serás tú la única puerta. Ábrete en un amor tan ultrahumano que se salga del caso de la tierra… Ábrete en el temblor de la mirada
(A Félix Matos Bernier) Bajo el manto de sombras de la pri… la mano de Elohím, ahíta en el der… de la bíblica luz del fiat omniful… te amasó con la piel hosca de La s…
La Mujer Puertorriqueña Mujer de la tierra mía. Venus y a un tiempo María de la India Occidental. Vengo a cantar la poesía
Para asomarme, desde mi alma, al m… ábrete y serás tu la única puerta. Ábrete en un amor tan ultrahumano que se salga del caso de la tierra… Ábrete en el temblor de la mirada
Cuando yo más la quería, se fue para el camposanto. Toda la sal de mi llanto no sazona el alma mía. En mi choza ya vacía,
Ensueño que estoy cenando y que tu espalda es mi mesa, acostada su blancura, como en la playa te viera nadando sobre la ola