La paloma de vuelo popular (1958)
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¿Imagina usted, Teresa, cómo arde su rostro grave al resplandor de la suave luz verde en sus ojos presa? ¿Se sabe qué luz es ésa?
Por el camino de la mar vino el pirata, mensajero del Espíritu Malo, con su cara de un solo mirar y con su monótona pata
Van a fusilar a un hombre que tiene los brazos a… Hay cuatro soldados para disparar. Son cuatro soldados
¿Qué es lo que la gente come, qué es lo que come la gente, un menú que al Presidente puede que a la larga embrome? ¿Qué, con la cara mohina,
Ésta es la canción del bongó: —Aquí el que más fino sea, responde, si llamo yo. Unos dicen: Ahora mismo, otros dicen: Allá voy.
Te voy a beber de un trago, como una copa de ron; te voy a echar en la copa de un son, prieta, quemada en ti misma,
La muerte es un suplicio banal, si se compara con este andar a tientas tras una sombra vaga. Entrecambiar al paso
Olas de gordo aceite son mis días: pasan tan lentamente que no pasan. Los hombres a mi lado miran, pasan… lentos también como mis lentos día… El futuro está ahí, lleno de días,
He aquí la jaula de las culebras. Enroscados en sí mismos, duermen los ríos, los sagrados río… El Mississippi con sus negros, el Amazonas con sus indios.
Entre los recuerdos que guardo de mi infancia camagüeyana, pocos se me presentan de manera tan enérgica como aquellos que hunden su raíz en el quehacer político del hombre que me dio vi...
¡Ay que linda mi bandera, mi banderita cubana, sin que la manden de afuera, ni venga un rufián cualquiera a pisotearla en La Habana!
Esta mujer angélica de ojos septen… que vive atenta al ritmo de su san… ignora que en lo hondo de ese ritm… un negro el parche duro de roncos… Bajo la línea escueta de su nariz…
¡Ay, señora, mi vecina, se me murió la gallina! Con su cresta colorada y el traje amarillo entero, ya no la veré ataviada,
Yo no voy a decirte que soy un hom… Entre otras cosas falta saber si es que lo puro exis… O si es, pongamos, necesario. O posible.
Soldado, aprende a tirar: Tú no me vayas a herir, que hay mucho que caminar. ¡Desde abajo has de tirar, si no me quieres herir!