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En la torre amarilla, dobla una campana. Sobre el viento amarillo,
El Mascarón. ¡Mirad el mascarón! ¡Cómo viene del África a New York… Se fueron los árboles de la pimien… los pequeños botones de fósforo. Se fueron los camellos de carne de…
La guitarra, hace llorar a los sueños. El sollozo de las almas perdidas, se escapa por su boca
La muchacha dorada se bañaba en el agua y el agua se doraba. Las algas y las ramas en sombra la asombraban
Tres moricas me enamoran en Jaén: Axa y Fátima y Marién. Tres moricas tan garridas iban a coger olivas,
En la casa blanca, muere la perdición de los hombres. Cien jacas caracolean. Sus jinetes están muertos. Bajo las estremecidas
Las alamedas se van, pero dejan su reflejo. Las alamedas se van. pero nos dejan el viento. El viento está amortajado
Marzo pasa volando. Y Enero sigue tan alto. Enero, sigue en la noche del cielo.
La Tarara, sí; la tarara, no; la Tarara, niña, que la he visto yo. Lleva la Tarara
Por la calle brinca y corre caballo de larga cola, mientras juegan o dormitan viejos soldados de Roma. Medio monte de Minervas
Si muero, dejad el balcón abierto. El niño come naranjas. (Desde mi balcón lo veo). El segador siega el trigo.
En la mitad del barranco las navajas de Albacete, bellas de sangre contraria, relucen como los peces. Una dura luz de naipe
Salen los niños alegres De la escuela, Poniendo en el aire tibio Del abril, canciones tiernas. ¡Que alegría tiene el hondo
La cruz. (Punto final del camino.) Se mira en la acequia. (Puntos suspensivos.)
La elipse de un grito, va de monte a monte. Desde los olivos será un arco iris negro