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De tierra crece la montaña. De paciencia de tierra, pulgada por pulgada, o de crispadura de tierra que empuja hacia arriba el fuego de adentro, o del espasmo doloroso de la tierra joven...
Hasta en tu modo de olvidar hay al… Creía yo que todo olvido era sombr… ¡Tu olvido es la alborada borrando…
Por su amor conocerás al hombre. El amor es su fruto natural, el más suyo, el más liberado de su ambiente. El amor es el único fruto que brota, crece y madura en él, con toda la simplez...
En cada grano de arena hay un derr…
Al atardecer iré con mi cántaro azul al río, para recoger la última sombra del paisaje mío. Al atardecer el agua
Señor, no des a mis cantos el tris… Déjalos que se pierdan o se quemen…
Tú, que amas un amor fantasma y que das un nombre a la niebla, a la ceniza de los sueños... Tú, que te doblas sobre ti misma como el sauce se dobla
La niña no está muerta... Sólo es… Tenía todavía como el pudor de hac… El pudor de ser Dios.
Que la vida no vaya más allá de tu… Que yo pueda caber con mi verso en… que tus brazos me ciñan entera y t… sin que afuera se queden ni mi sol… Que me sean tus brazos horizonte y…
Agua escondida Tú eres el agua oscura que mana por dentro de la roca. Tú eres el agua oscura y entrañabl… que va corriendo bajo la tierra,
¡Cuántos pájaros ahogados en mi sangre, sin estrenar sus alas en el aire de Dios, sin acertar un hueco hacia la luz! Los esperaba la misma inmensidad del cielo, el libre espacio de las ...
Eras frágil como la caña ya cascada; débil como la mecha que aún humea. Por encima de los días, meses, años –y un solo gris infinito– que han pasado sobre tu recuerdo, no me queda de ti...
Ayúdame, Señor, a ser lo que Tú h… O déjame saber que no lo has queri…
El agua que se queda, atrás del rí…
Tú tienes alas y yo no: con tus al…