#EscritoresChilenos (1924) Casi Ternura escolares
Yo dije: “ahora a que la pobre Ma… Ella robó su rostro, ella ofendió… ella cubrió su voz para que no lla… Una voz dijo: “Vive para aprender… Con sólo que camines te la irás en…
Aún vivimos en el trance del torpe olvido y el gran silenci… entraña nuestra, rostros de bronce… rescoldo del antiguo fuego, olvidados como niños
Ruth moabita a espigar va a las er… aunque no tiene ni un campo mezqui… Piensa que es Dios dueño de las p… y que ella espiga en un predio div… El sol caldeo su espalda acuchilla…
Que sopló el viento y se llevó las… y que en las nubes iba un pavo rea… que el pavo real era para mi mano y que la mano se me va a secar, y que la mano le di esta mañana
Al llegar la medianoche y al romper en llanto el Niño, las cien bestias despertaron y el establo se hizo vivo. Y se fueron acercando,
El espino prende a una roca su enloquecida contorsión, y es el espíritu del yermo, retorcido de angustia y sol. La encina es bella como Júpiter,
La tierra se hace madrastra si tu alma vende a mi alma. Llevan un escalofrío de tribulación las aguas. El mundo fue más hermoso
¡Ay! ¡Juguemos, hijo mío, a la reina con el rey! Este verde campo es tuyo. ¿De quién más podría ser? Las oleadas de la alfalfa
Madrecita mía, madrecita tierna, déjame decirte dulzuras extremas. Es tuyo mi cuerpo
Mientras tiene luz el mundo y despierto está mi niño, por encima de su cara, todo es un hacerse guiños. Guiños le hace la alameda
¡Cordillera de los Andes, Madre yacente y Madre que anda, que de niños nos enloquece y hace morir cuando nos falta; que en los metales y el amianto
–“En esa cueva nos nació, y como nadie pensaría, nació desnuda y pequeñita como el pobre pichón de cría. ¡Tan entero que estaba el mundo!,
Anda libre en el surco, bate el al… late vivo en el sol y se prende al… No te vale olvidarlo como al mal p… ¡le tendrás que escuchar! Habla lengua de bronce y habla len…
En el sueño yo no tenía padre ni madre, gozos ni duelos, no era mío ni el tesoro que he de velar hasta el alba, edad ni nombre llevaba,
En el medio del llano, un árbol seco su blasfemia alarga; un árbol blanco, roto y mordido de llagas, en el que el viento, vuelto