#1979 #Cotidianas #EscritoresUruguayos
Jesús y yo salvadas las distancias somos dos habitantes del exilio y lo somos por cautos por ilusos algo se nos quebró en mitad del ve… y asf sobrellevamos esta pena
Tu mano en mi mano tu todo en mi poco y en el cielo ajeno buitres helicópteros mi hermano que huye
Este libro, en el que he trabajado los últimos cinco años, es algo así como un entrevero: cuentos realistas, viñetas de humor, enigmas policíacos, relatos fantásticos, fragmentos autobi...
Un tallito de verdes y un añoso al… las veinticuatro horas y el instan… una vislumbre dicha por las manos… el amor es un centro con extrañas… clausura y campo abierto
Alguna vez le han dicho en clave de odio manso que es / que siempre ha sido un poeta menor y de pronto ha notado
Ésta debe ser la trigésima despedida. Es un trámite que Fernando Varengo conoce de sobra. Como testigo, claro; no como viajero. Asistir a la normal y apasionada discusión de Migue...
Cada vez que un dueño de la tierra proclama para quitarme este patrimonio tendrán que pasar sobre mi cadáver
Antonio Machado, Fernando Pessoa, Juan Gelman crearon de un plumazo sus heterónimos, unos señores que tuvieron la virtud de complementarlos, ampliarlos, hacer que de algún modo fueran m...
Cuando me canse de escuchar llantos de niños en la brisa cuando me canse de mirar pueblos que apenas son ceniza me iré con lluvias estrelladas
Y una pregunta de cajón por qué será que mis Otros escriben casi siempre poemas de amor con esperanza o desolación
No sé hasta dónde irán los pacific… pero hay ciertos corredores de seg… y hay quienes reclaman la pena del… cuando los pacificadores apuntan p… y a veces hasta pacifican dos pája…
Fue como en un delirio así que no recuerdo si el hotel del abismo era un abyss sheraton o un abyss hilton
Cuando el barco es dejado por las… a uno le vienen malos pensamientos… alarmas sin razón, carencias natas… pereza para aliarse con los viento… o no prever lo mucho que fatiga
A veces por supuesto usted sonríe y no importa lo linda o lo fea
Hacía por lo menos veinte años que Aníbal Sastre conocía a Bernardo Giudice y Amanda Doria. Ni uno ni otra integraban el círculo más o menos estrecho de sus amigos, pero Bernardo y él h...