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Caña de voz y gesto, una vez y otra vez tiembla sin esperanza en el aire de ayer. La niña suspirando
Chove en Santiago meu doce amor. Camelia branca do ar brila entebrecida ô sol. Chove en Santiago
Fuera la lluvia cae sin cesar... En mis cristales viene a tocar su sinfonía:
No duerme nadie por el cielo. Nad… No duerme nadie. Las criaturas de la luna huelen y… Vendrán las iguanas vivas a morder… y el que huye con el corazón roto…
La mano crispada como una Medusa ciega el ojo doliente del candil. As de bastos.
Juan Breva tenía cuerpo de gigante y voz de niña. Nada como su trino. Era la misma
Sobre el cielo negro, culebrinas amarillas. Vine a este mundo con ojos y me voy sin ellos. ¡Señor del mayor dolor!
Mamá, yo quiero ser de plata. Hijo, tendrás mucho frío. Mamá.
Tú nunca entenderás lo que te quie… porque duermes en mí y estás dormi… Yo te oculto llorando, perseguido por una voz de penetrante acero. Norma que agita igual carne y luce…
Leñador. Córtame la sombra. Líbrame del suplicio de verme sin toronjas. ¿Por qué nací entre espejos?
Voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir. Voces antiguas que cercan voz de clavel varonil. Les clavó sobre las botas
La hoguera pone al campo de la tar… unas astas de ciervo enfurecido. Todo el valle se tiende. Por sus… caracolea el vientecillo. El aire cristaliza bajo el humo.
El corazón, Que tenía en la escuela Donde estuvo pintada La cartilla primera, ¿Está en ti,
En la mañana verde, quería ser corazón. Corazón. Y en la tarde madura quería ser ruiseñor.
La Tarara, sí; la tarara, no; la Tarara, niña, que la he visto yo. Lleva la Tarara