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¡Qué vida la que vivimos en estos años de muerte! ¡Qué vida la que morimos! El ojo del policía, abierto de noche y día.
Como un puñal, como un arpón, el banderón americano en tu costado de carbón. Sucio de sangre el banderón. Un yanqui allí, látigo en mano.
Era una muchachita de carne perfum… con agua de Colonia y jabón de Ca… a quien amé con una pasión vaga y… que nació de unos versos de amor y… Recuerdo que al decirle por primer…
Látigo, Sudor y látigo. El sol despertó temprano Y encontró al negro descalzo, Desnudo el cuerpo llagado,
Cuelga colgada, cuelga en el viento, la gorda luna de Barlovento. Mar: Higuerote.
Frente al mar, viendo las olas la quieta orilla besar, los dos muy juntos, muy juntos cual no estaremos jamás, ella me dijo: —Quisiera
Monsieur Dupont te llama inculto, porque ignoras cuál era el nieto preferido de Víctor Hugo. Herr Müller se ha puesto a gritar… porque no sabes el día
La palma que está en el patio, nació sola; creció sin que yo la viera, creció sola; bajo la luna y el sol,
Envenenada tinta habla de los mau-maus; negros de diente y uña, de antropofagia y tótem. Gruñe la tinta, cuento,
París, febrero 12. Ángela y Flora: Puesto que os santifica y os decor… el sol en esa playa en primavera y os perfuma y os dora,
Esta mujer angélica de ojos septen… que vive atenta al ritmo de su san… ignora que en lo hondo de ese ritm… un negro el parche duro de roncos… Bajo la línea escueta de su nariz…
Para hacer esta muralla, tráiganme todas las manos: los negros, sus manos negras, los blancos, sus blancas manos. Ay,
¿Lejos? Hay un arco tendido que hace viajar la flecha de tu voz. ¿Alto?
No sé si me olvidarás, ni si es amor este miedo; yo sólo sé que te vas, yo sólo sé que me quedo. (Andrés Eloy Blanco)
A veces tengo ganas de ser un curs… para decir: La amo a usted con loc… A veces tengo ganas de ser tonto para gritar: ¡La quiero tanto! A veces tengo ganas de ser un niño