¿Y ha de morir contigo el mundo ma… donde guarda el recuerdo los hálitos más puros de la vida, la blanca sombra del amor primero, la voz que fue a tu corazón, la ma…
Y nada importa ya que el vino de o… rebose de tu copa cristalina, o el agrio zumo enturbie el puro v… Tú sabes las secretas galerías del alma, los caminos de los sueño…
Y podrás conocerte recordando del pasado soñar los turbios lienz… en este día triste en que caminas con los ojos abiertos. De toda la memoria, sólo vale
Ya en los campos de Jaén, amanece. Corre el tren por sus brillantes rieles, devorando matorrales, alcaceles,
Yo, como Anacreonte, quiero cantar, reír y echar al vie… las sabias amarguras y los graves consejos, y quiero, sobre todo, emborracharm…
Yo escucho los cantos de viejas cadencias que los niños cantan cuando en corro juegan, y vierten en coro
Yo, para todo viaje —siempre sobre la madera de mi vagón de tercera—, voy ligero de equipaje. Si es de noche, porque no
El rojo sol de un sueño en el Ori… Luz en sueños. ¿No tiemblas, anda… Pasado el llano verde, en la flori… acaso está el cercano final de tu… Tú no verás del trigo la espiga sa…
El primero es Gonzalo de Berceo l… Gonzalo de Berceo, poeta y peregr… que yendo en romería acaeció en un… y a quien los sabios pintan copian… Trovó a Santo Domingo, trovó a S…
La España de charanga y pandereta… cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María, de espíritu burlón y alma inquieta… ha de tener su marmol y su día,
Maldiciendo su destino como Glauco, el dios marino, mira,… de llanto, el mar que le debe su b… Él sabe que un Dios más fuerte con la sustancia inmortal está jug…
Es el hospicio, el viejo hospicio… el caserón ruinoso de ennegrecidas… en donde los vencejos anidan en ve… y graznan en las noches de inviern… Con su frontón al Norte, entre lo…
El hada más hermosa ha sonreído al ver la lumbre de una estrella p… que en hilo suave, blanco y silenc… se enrosca al huso de su rubia her… Y vuelve a sonreír porque en su ru…
Igual que el ballestero tahúr de la cantiga, tuviera una saeta el hombre ibero para el Señor que apedreó la espig… y malogró los frutos otoñales,
La aurora asomaba lejana y siniestra. El lienzo de Oriente sangraba tragedias, pintarrajeadas
El acusado es pálido y lampiño. Arde en sus ojos una fosca lumbre, que repugna a su máscara de niño y ademán de piadosa mansedumbre. Conserva del obscuro seminario
El casco roído y verdoso del viejo falucho reposa en la arena... La vela tronchada parece que aún sueña en el sol y en el ma…
Dice la esperanza: un día la verás, si bien esperas. Dice la desesperanza: sólo tu amargura es ella. Late, corazón... No todo
Desnuda está la tierra, y el alma aúlla al horizonte pálid… como loba famélica. ¿Qué buscas, poeta, en el ocaso? ¡Amargo caminar, porque el camino
Desgarrada la nube; el arco iris brillando ya en el cielo, y en un fanal de lluvia y sol el campo envuelto. Desperté. ¿Quién enturbia
Desde el umbral de un sueño me lla… Era la buena voz, la voz querida. —Dime: ¿vendrás conmigo a ver el a… Llegó a mi corazón una caricia. —Contigo siempre... Y avancé en m…
Deletreos de armonía que ensaya inexperta mano. Hastío. Cacofonía del sempiterno piano que yo de niño escuchaba
Daba el reloj las doce... y eran d… golpes de azada en tierra... ...¡Mi hora!—grité—... El silenci… me respondió:—No temas; tú no verás caer la última gota
Crear fiestas de amores en nuestro amor pensamos, quemar nuevos aromas en montes no… y guardar el secreto de nuestros rostros pálidos,
Poeta ayer, hoy triste y pobre filósofo trasnochado, tengo en monedas de cobre el oro de ayer cambiado. Sin placer y sin fortuna,
Este amor que quiere ser acaso pronto será; pero ¿cuándo ha de volver lo que acaba de pasar? Hoy dista mucho de ayer.
Es la tierra de Soria árida y frí… Por las colinas y las sierras calv… verdes pradillos, cerros cenicient… la primavera pasa dejando entre las hierbas olorosas
La tarde está muriendo como un hogar humilde que se apaga… Allá, sobre los montes, quedan algunas brasas. Y ese árbol roto en el camino blan…
¿Eres tú, Guadarrama, viejo amigo… la sierra gris y blanca, la sierra de mis tardes madrileñas que yo veía en el azul pintada? Por tus barrancos hondos
De la ciudad moruna tras las murallas viejas, yo contemplo la tarde silenciosa, a solas con mi sombra y con mi pen… El río va corriendo,