Es preciso que levantes el brazo d… porque quiero llevar de ti un recu… Quiero saber que dejo sembrada en… tu mano. Tu mano que al viento crezca recor…
El gato blanco y célibe se mira en la lúcida luna del espejo y no puede saber que esa blancura y esos ojos de oro que no ha visto nunca en la casa, son su propia im…
Cuentan de un sabio que un día tan pobre y mísero estaba, que sólo se sustentaba de unas hierbas que cogía. ¿Habrá otro, entre sí decía,
Hay gente que con solo decir una p… enciende la ilusión y los rosales, que con sólo sonreír entre los ojo… nos invita a viajar por otras zona… nos hace recorrer toda la magia.
Hay tanta soledad en ese oro. La luna de las noches no es la lun… que vio el primer Adán. Los largo… de la vigilia humana la han colmad… de antiguo llanto. Mírala. Es tu…
¿Qué os hice yo, mujer desventurad… que en mi rostro, traidores, escup… de la infame calumnia la ponzoña y así matáis a mi alma juvenil? ¿Qué sombra os puede hacer una ins…
3. Desdichado el pobre en espíritu… 4. Desdichado el que llora, porque… 5. Dichosos los que saben que el s… 6. No basta ser el último para ser… 7. Feliz el que no insiste en tene…
En mi cara redondita tengo ojos y nariz, y también una boquita para hablar y para reír. Con mis ojos veo todo,
¿Dónde estarán? pregunta la elegía de quienes ya no son, como si hubi… una región en que el Ayer, pudiera ser el Hoy, el Aún, y el Todavía. ¿Dónde estará? (repito) el malevaj…
Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo n...
Lo que dice la piedra sólo la noche puede descifrarlo Nos mira con su cuerpo todo de ojo… Con su inmovilidad nos desafía Sabe implacablemente ser permanenc…
Si quieres hacer feliz, a alguien que quieres mucho, dícelo hoy, sé muy bueno ... en vida, hermano, en vida. Si deseas dar una flor
En el tabaco, en el café, en el vi… al borde de la noche se levantan como esas voces que a lo lejos can… sin que se sepa qué, por el camino… Livianamente hermanos del destino,
Las traslúcidas manos del judío labran en la penumbra los cristale… y la tarde que muere es miedo y fr… (Las tardes a las tardes son igual… Las manos y el espacio de jacinto
Partir en cuerpo y alma partir. Partir deshacerse de las miradas
Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla. Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando. Cuando el niño y su padre alcanzaron por fi...
No acabarán mis flores, No cesarán mis cantos. Yo cantor los elevo, Se reparten, se esparcen. Aun cuando las flores
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendi… porque nunca me diste ni esperanza… ni trabajos injustos, ni pena inme… porque veo al final de mi rudo cam… que yo fui el arquitecto de mi pro…
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cr...
Compañera usted sabe puede contar conmigo no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo si alguna vez advierte
“He querido adaptar a nuestra p… japonesa que consta de un prime… de uno de siete, de uno de cinc… Quién sabe cómo sonarán estos e… La forma original prescinde asi…
De fierro de encorvados tirantes de enorme f… para que no la revienten y la desf… las muchas cosas que mis aborrotad… las duras cosas que insoportableme…
El alma trémula y sola Padece al anochecer: Hay baile; vamos a ver La bailarina española. Han hecho bien en quitar
Sobre el campo el agua mustia cae fina, grácil, leve; con el agua cae angustia: llueve... Y pues solo en amplia pieza,
Mi Pedro no es soldado; no ambici… de César ni Alejandro los laurele… si a sus sienes aguarda una corona… la hallará del estudio en los verg… ¡Si lo vierais jugar! Tienen sus…
Las calles de Buenos Aires ya son mi entraña. No las ávidas calles, incómodas de turba y ajetreo, sino las calles desganadas del bar…
Los rumores de la plaza quedan atrás y entro en la Biblioteca. De una manera casi física siento la gravitación de los libros, el ámbito sereno de un orden, el tiempo disecado y conserva...
Cuando yo muera quiero tus manos e… quiero la luz y el trigo de tus ma… pasar una vez más sobre mí su fres… sentir la suavidad que cambió mi d… Quiero que vivas mientras yo, dorm…
Ahora contaremos doce y nos quedamos todos quietos. Por una vez sobre la tierra no hablemos en ningún idioma, por un segundo detengámonos,
¿Dónde estarán los siglos, dónde e… de espadas que los tártaros soñaro… dónde los fuertes muros que allana… dónde el Árbol de Adán y el otro… El presente está solo. La memoria