Hay gente que con solo decir una p… enciende la ilusión y los rosales, que con sólo sonreír entre los ojo… nos invita a viajar por otras zona… nos hace recorrer toda la magia.
Me vio como se mira al través de u… o del aire o de nada. Y entonces supe: yo no estaba allí ni en ninguna otra parte
Sobre el campo el agua mustia cae fina, grácil, leve; con el agua cae angustia: llueve... Y pues solo en amplia pieza,
Es preciso que levantes el brazo d… porque quiero llevar de ti un recu… Quiero saber que dejo sembrada en… tu mano. Tu mano que al viento crezca recor…
Yo te he nombrado reina. Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras. Hay más bellas que tú, hay más bel… Pero tú eres la reina.
No me des tregua, no me perdones n… Hostígame en la sangre, que cada c… ¡No me dejes dormir, no me des paz… Entonces ganaré mi reino, naceré lentamente.
Les tocó en suerte una época extra… El planeta había sido parcelado en… cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico,
Partir en cuerpo y alma partir. Partir deshacerse de las miradas
Érase una viejecita sin nadita que comer sino carnes, frutas, dulces, tortas, huevos, pan y pez. Bebía caldo, chocolate,
En el tabaco, en el café, en el vi… al borde de la noche se levantan como esas voces que a lo lejos can… sin que se sepa qué, por el camino… Livianamente hermanos del destino,
Cuando yo muera quiero tus manos e… quiero la luz y el trigo de tus ma… pasar una vez más sobre mí su fres… sentir la suavidad que cambió mi d… Quiero que vivas mientras yo, dorm…
En aquel preciso momento el hombre… Qué no daría yo por la dicha de estar a tu lado en Islandia bajo el gran día inmóvil y de compartir el ahora
El alma trémula y sola Padece al anochecer: Hay baile; vamos a ver La bailarina española. Han hecho bien en quitar
Nos metimos las manos en los bolsillos, sin querer, y la frente sintió el fino aleteo de la sombra fresca, igual que cuando se entra en un pinar espeso. Las gallinas se fueron recogiend...
No son más silenciosos los espejos ni más furtiva el alba aventurera; eres, bajo la luna, esa pantera que nos es dado divisar de lejos. Por obra indescifrable de un decre…
Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la b...
¿Qué os hice yo, mujer desventurad… que en mi rostro, traidores, escup… de la infame calumnia la ponzoña y así matáis a mi alma juvenil? ¿Qué sombra os puede hacer una ins…
En mi cara redondita tengo ojos y nariz, y también una boquita para hablar y para reír. Con mis ojos veo todo,
Si quieres hacer feliz, a alguien que quieres mucho, dícelo hoy, sé muy bueno ... en vida, hermano, en vida. Si deseas dar una flor
Hay tanta soledad en ese oro. La luna de las noches no es la lun… que vio el primer Adán. Los largo… de la vigilia humana la han colmad… de antiguo llanto. Mírala. Es tu…
Yo no puedo tenerte ni dejarte, ni sé por qué, al dejarte o al ten… se encuentra un no sé qué para que… y muchos sí sé qué para olvidarte. Pues ni quieres dejarme ni enmenda…
El Cid se dirige contra tierras d… Aquí se empieza el poema de Mío C… Ya ha poblado Mío Cid aquel puert… se aleja de Zaragoza y de las tier… atrás se ha dejado Huesca y el cam…
Para mí tu recuerdo es hoy como la… del fantasma a quien dimos el nomb… Yo fui bueno contigo, tu desdén no… pues no me debes nada, ni te repro… Yo fui bueno contigo como una flor…
En la honda noche universal que apenas contradicen los faroles una racha perdida ha ofendido las calles taciturnas como presentimiento tembloroso
No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces del dolor, aunque sea j...
No te amo como si fueras rosa de s… o flecha de claveles que propagan… te amo como se aman ciertas cosas… secretamente, entre la sombra y el… Te amo como la planta que no flore…
Las traslúcidas manos del judío labran en la penumbra los cristale… y la tarde que muere es miedo y fr… (Las tardes a las tardes son igual… Las manos y el espacio de jacinto
Desde la otra vereda volví a mirar; usted se había dado vuelta y me dijo adiós con la mano. Un río de vehículos y de gente corría entre nosotros; eran las cinco de una tarde cualquiera;...
Cuando no puedo mirar tu cara miro tus pies. Tus pies de hueso arqueado, tus pequeños pies duros. Yo sé que te sostienen,
Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo n...