Soledad, sí pero tú nunca. Ausencia, pero tú nunca: inmóvil luz sin término

Ya baja mucha luz por tus orillas, nadie recuerda la invasión del frí… Ya los sueños no bastan para darle razón de ser a todos los suspiros. Tú cantas por el aire.

Hay una leve luz caída entre las hojas de la tarde. Dame tu mano y cruza de puntillas conmigo

La aparición del pájaro que vuela y vuelve y que se posa sobre tu pecho y te reduce a grano… a grumo, a gota cereal, el pájaro que vuela dentro

Ahora no tienes, corazón, el vuelo que te llevaba a las más altas cum… Lates, reptante, entre las hojas s… del amarillo otoño. ¿Y hasta cuándo en la secreta larv…

Cerqué, cercaste, cercamos tu cuerpo, el mío, el tuy… como si fueran sólo un solo cuerpo… Lo cercamos en la noche. Alzose al alba la voz

En muchos tiempos tu cabeza clara. En muchas luces tu cintura tibia. En muchos siempres

El cántaro que tiene la suprema realidad de la forma, creado de la tierra para que el ojo pueda contemplar la frescura.

Ahora, amiga mía que una flor de papel preside el a… que el aire se deshace en dulces p… de jadeante miel en tus rodillas, ahora que no hablamos del otoño

Amarillea amargo el tiempo y no hay tiempo para más desdecir la muerte. Marinero que llevas la barca del pasar,

Respiración oscura de la vulva. En su latir latía el pez del légam… y yo latía en ti. Me respiraste en tu vacío lleno

Al amanecer, cuando la dureza del día es aún ex… vuelvo a encontrarte en la precisa… desde la que la noche retrocede. Reconozco tu oscura transparencia,

Cima del canto. El ruiseñor y tú ya sois lo mismo.

Por una espesa y honda avenida de árboles que unen en lo alto su copa y pesadumbre el sueño avanza. Abre sus grandes alas,