Vela abajo, mozo arriba, Acá el roto, allá el peñasco, Ido el sol, recio el chubasco, Y el barco, no barco, criba: Gigante el viento derriba

Ya sé: de carne se puede Hacer una flor: se puede, Con el poder del cariño, Hacer un cielo,—¡y un niño! De carne se hace también

¡Lo hubiera querido tanto, si hubiese él vivido! Yo le habría explicado qué diferencia hay entre las miserias imbéciles y las tristezas grandiosas; entre el desafío y el acoba...

Vedle! En la seca garganta Apagada está la nota: El brazo ya no levanta La copa de oro, que rota Por la mística muerte,

De sus pestañas al peso el ancho párpado entorna, lirio que, al sol que se torna, se cierra pidiendo un beso. Y luego como fragante

Como un ave que cruza el aire clar… Siento hacia mí venir tu pensamien… Y acá en mi corazón hacer su nido. Abrese el alma en flor; tiemblan s… Como los labios frescos de un manc…

El enemigo brutal Nos pone fuego a la casa: El sable la calle arrasa, A la luna tropical. Pocos salieron ilesos

Sí! yo también, desnuda la cabeza De tocado y cabellos, y al tobillo Una cadena lurda, heme arrastrado Entre un montón de sierpes, que re… Sobre sus vicios negros, parecían

Traidor! Con qué arma de oro Me has cautivado? Pues yo tengo coraza De hierro áspero. Hiela el dolor: el pecho

¡Tú flotas sobre todo, Hijo del alma! De la revuelta noche Las oleadas, En mi seno desnudo

Tonos de orquesta y música sentida Tiene mi voz, ¿qué céfiro ha pasad… Que el salterio sangriento y empol… Con soplo salvador vuelve a la vid… Te lo diré: La arena de colores

En el bote iba remando Por el lago seductor, Con el sol que era oro puro Y en el alma más de un sol. Y a mis pies ví de repente,