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Raúl Rivero

Raúl Ramón Rivero Castañeda (n. Cuba; 1945) es un poeta, periodista y disidente cubano. Nació en 1945 en la localidad de Morón, perteneciente a la antigua provincia de Camagüey (actualmente corresponde a Ciego de Ávila), en el centro de Cuba. Ha publicado varios libros de poesía y ha trabajado en medios de comunicación cubanos. Vida Laboral Raúl Rivero perteneció a las primeras generaciones de periodistas que se graduaron en la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana tras el triunfo de la Revolución Cubana. En 1966, fue uno de los fundadores de la revista cultural El Caimán Barbudo. Posteriormente, fue corresponsal de la agencia Prensa Latina en Moscú entre 1973 y 1976, volviendo después a Cuba, donde se encargó de la dirección del servicio de ciencia y cultura de la agencia. En 1989 abandonó el organismo oficial Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, que encuadra a todos los escritores y artistas de la isla. Dos años después, el 2 de junio de 1991, fue uno de los firmantes de la Carta de los Intelectuales, en la que se solicitaba al presidente Fidel Castro, la liberación de los presos de conciencia. Ese año, abandonó el periodismo oficial denunciándolo como una "ficción sobre un país que no existe". En 1995 fundó una agencia de noticias independiente del gobierno cubano, denominada Cuba Press. En 2001 fue uno de los fundadores de la primera asociación de periodistas de Cuba independiente del gobierno. Prisión En abril de 2003, Rivero fue condenado a 20 años de prisión durante la llamada Primavera Negra, acusado de realizar actividades subversivas encaminadas a afectar la independencia e integridad territorial de Cuba, escribir contra el gobierno, haberse entrevistado con James Cason, un diplomático estadounidense, y haber organizado reuniones subversivas en su domicilio. Juntos (Ricardo Severino González Alfonso y Raúl Ramón Rivero Castañeda) crearon la Cuba Press la cual agrupaba a varios de estos elementos contrarrevolucionarios y cuyo director es el acusado Rivero Castañeda y por medio de la cual se difundían falsas noticias sobre la situación actual en nuestro gobierno, en cumplimiento con las indicaciones recibidas por el gobierno norteamericano, de igual forma, ambos acusados crearon el treinta de mayo del dos mil, la Sociedad de Periodistas Independientes Manuel Márquez Stering de la que surgió la revista De Cuba, resultando director González Alfonso por medio de la cual suministraban información al gobierno de los Estados Unidos mediante su entrega en la oficina de Intereses de los Estados Unidos en Cuba Rivero pasó en la cárcel año y medio, con grave quebranto de su salud. En noviembre de 2004, debido a las presiones internacionales, fundamentalmente españolas, fue excarcelado, oficialmente tras serle aplicada la llamada licencia extra-penal por motivos de salud.​ Poco después, Rivero se trasladó a España con toda su familia. Referencias https://es.wikipedia.org/wiki/Raúl_Rivero

Pablo de Rokha

Pablo de Rokha (n. 17 de octubre de 1894 en Licantén, Chile – m. 10 de septiembre de 1968 en Santiago, Chile), poeta chileno, cuyo nombre real era Carlos Díaz Loyola. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura de su país en 1965 y es considerado uno de los 4 grandes de la poesía chilena (junto con Pablo Neruda, Vicente Huidobro y Gabriela Mistral). además es considerado un poeta vanguardista y de gran influencia en la lírica universal Pablo de Rokha nació en la ciudad chilena de Licantén, el 17 de octubre de 1894, con el nombre de Carlos Díaz Loyola, hijo de José Ignacio Díaz Alvarado y de Laura Loyola de Toledo, y fue el mayor de 19 hermanos. Provenía de una familia de raíz aristocrática, dueña de tierras en la zona de Talca y Licantén, pero que se encontraba en una situación económica desmejorada, por lo que su padre debió realizar diversos trabajos, como administrador de estancias y jefe de resguardo aduanero en la cordillera. En estas condiciones, Pablo de Rokha vivió su infancia en la hacienda Pocoa de Corinto, administrada por su padre, y acompañaba a éste en sus andanzas cordilleranas. En 1901 ingresó a la Escuela Pública nº3 de Talca. Posteriormente, en 1902, ingresó al Seminario Conciliar San Pelayo de Talca, de donde fue expulsado en 1911 por leer a autores "prohibidos". Sus inicios poéticos se expresaron en este período, bajo el pseudónimo de Job Díaz, para luego obtener el pseudónimo de El amigo Piedra. Se trasladó a la capital Santiago de Chile en 1911, para cursar el sexto año de humanidades. Dio su bachillerato en 1912, y se matriculó en la Universidad de Chile con el fin de estudiar derecho o ingeniería. Finalmente esto no ocurrió. Fueron éstos tiempos oscuros para el poeta, que vivió en una nebulosa de disgregación y desencanto familiar. Despuntó en él un carácter violento y rebelde. Durante el transcurso, escribió para distintos periódicos, como La Razón y La Mañana. Publicó sus primeros poemas en Santiago en la revista Juventud de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH). Volvió a Talca en 1914 con un sentimiento de fracaso. Fue cuando recibió un libro de poemas firmado por Juana Inés de la Cruz, titulado Lo que me dijo el silencio. Pese a criticar con gran dureza el poemario, no pudo evitar enamorarse de la poetisa, por lo que volvió a Santiago en busca de su amor. El 25 de octubre de 1916 finalmente se casó con Luisa Anabalón Sanderson, verdadero nombre de la poetisa. Luisa, posteriormente, tomaría el seudónimo literario de Winétt de Rokha. Entre 1922 y 1924 residió en San Felipe y Concepción, lugar último donde fundó la revista Dínamo. Colaboró con el Frente Popular que eligió presidente de Chile a Pedro Aguirre Cerda en 1938. Mientras tanto, su vida familiar crecía al nacer sus hijos Carlos (poeta conocido como Carlos de Rokha), Lukó (pintora conocida como Lukó de Rokha), Tomás, Juana Inés, José (pintor conocido como José de Rokha), Pablo, Laura y Flor. Varios de ellos murieron prematuramente: Carmen y Tomás, muy pequeños, mientras que Carlos y Pablo murieron ya mayores y de manera trágica. En 1944 el Presidente Juan Antonio Ríos lo nombró Embajador cultural de Chile en América y el poeta inició un extenso viaje por 19 países del continente. Luego de constantes viajes, se enteró en una escala en Argentina que Gabriel González Videla había sido elegido Presidente de la República, quien dictó la Ley de Defensa de la Democracia y comenzó un período de represión contra el Partido Comunista. En 1949, el poeta volvió a Chile. Su esposa Winétt de Rokha llegó al país enferma de cáncer, para luego fallecer en 1951. En 1953 apareció Fuego negro, elegía de amor dedicada a Winétt. En 1955 publicó Neruda y yo, ácida crítica al poeta, al que llama plagiador, mistificador de los trabajadores y al cual clasificó de falso artista y militante. Estas afirmaciones le provocaron fuerte rechazo de parte de amigos de Neruda. Rokha, con su comunismo ateo y prepotente, no era aceptado entre los más conciliadores seguidores de Neruda. En 1960, con Genio del pueblo, se volvió a suscitar la polémica con Pablo Neruda, satirizado bajo el pseudónimo de Casiano Basualto. Pablo de Rokha continuó su vida embargado en el dolor y el recuerdo imborrable de su compañera Winétt. El dolor se agrandó con la muerte de su hijo Carlos en 1968, lúcido poeta de la época, aunque poco reconocido en la actualidad. Los escritores, y en especial poetas, lo admiraban en gran manera. En 1965 recibió el Premio Nacional de Literatura de Chile, del cual declaró: «Me llegó tarde, casi por cumplido y porque creían que no iba a molestar más». El 19 de octubre de 1966, fue nombrado Hijo Ilustre de Licantén. En 1967, publicó el que fue su último libro editado en vida, Mundo a mundo: Francia. El 10 de septiembre de 1968, a los 73 años de edad, Pablo de Rokha se suicidó de un balazo en la boca, siguiendo el destino de su hijo Pablo, muerto meses antes, y el de su amigo Joaquín Edwards Bello, muerto ese mismo año. Toda la amargura del poeta se puede expresar en la siguiente declaración con motivo de su Premio Nacional de Literatura: «Mis impresiones en este momento son contradictorias. Cuando vivía Winett, mi mujer, y también mi hijo Carlos, antes de que la familia se destrozara, este galardón me habría embargado de un regocijo tan inmenso, infinitamente superior a la emoción que siento en este momento. Hoy para un hombre viejo, este reconocimiento nacional que indudablemente me emociona, no puede tener la misma trascendencia. Poesía * Versos de la infancia, 1916. * El folletín del diablo, 1916-1922. * Sátira, 1918. * Los gemidos, 1922. * Cosmogonía, 1922-1927. * U, 1927. * Satanás, 1927. * Suramérica, 1927. * Ecuación, 1929. * Escritura de Raimundo Contreras, 1929. * El canto de hoy, 1930-1932. * Canto de trinchera, 1933. * Jesucristo, 1930-1933. * Los 13, 1934-1935. * Oda a la memoria de Máximo Gorki, 1936. * Moisés, 1937. * Gran temperatura, 1937. * Imprecación a la bestia fascista, 1937. * Cinco cantos rojos, 1938. * Morfología del espanto, 1942. * Canto al Ejército Rojo, 1944. * Los poemas continentales, 1944-1945. * Carta Magna del continente, 1949. * Fusiles de sangre, 1950. * Funeral por los héroes y los mártires de Corea, 1950. * Fuego negro, 1951-1953. * Arte grande o ejercicio del realismo, 1953. * Antología, 1916-1953. * Idioma del mundo, 1958. * Genio del pueblo, 1960. * Acero de invierno, 1961. * Canto de fuego a China Popular, 1963. * China Roja, 1964. * Estilo de masas, 1965. * Epopeya de las comidas y bebidas de Chile / Canto del macho anciano, 1965. * Infinito contra infinito, ????. * El amigo Piedra, 1989. * Epitafio en la tumba de Juan, el carpintero, ????. Ensayos * Heroísmo sin alegría, 1926. * Interpretación dialéctica de América: los cinco estilos del Pacífico – Chile, Perú, Bolivia, * * Ecuador y Colombia, 1948. * Arenga sobre el arte, 1949. * Neruda y yo, 1956. * Mundo a mundo: Francia (originalmente Mundo a mundo, París, Moscú, Pekín), 1967. Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Pablo_de_Rokha

Ignacio Ramírez

Juan Ignacio Paulino Ramírez Calzada, mejor conocido por su seudónimo periodístico de el Nigromante (San Miguel el Grande, Guanajuato, 22 de junio de 1818 - Ciudad de México, 15 de junio de 1879), fue un escritor, poeta, periodista, abogado, político e ideólogo liberal mexicano. Es considerado uno de los artífices más importantes del Estado laico mexicano. Vida y carrera Fue hijo de José Lino Ramírez y de Ana María Guadalupe Sinforosa Calzada, indígenas puros. Su padre fue un insurgente durante la Guerra de Independencia de México. Inició sus estudios en Querétaro, ciudad natal de su padre, y en 1835 fue llevado al Colegio de San Gregorio, en la Ciudad de México, donde estudió artes. En 1841 comenzó estudios en jurisprudencia y en 1845 obtuvo el grado de abogado en la Universidad Pontificia de México. Ingresó a los 19 años de edad en la Academia Literaria de San Juan de Letrán, integrada por los hombres más ilustrados de la época. Es célebre en los anales literarios de México la presentación de Ramírez en dicha Academia, donde leyó un discurso sobre un tema tan controversial que entonces hizo el efecto de una explosión de dinamita. Ahí expresó: No hay Dios; los seres de la naturaleza se sostienen por sí mismos. Fue aceptado no obstante las protestas que causó su tesis tan revolucionaria y el discurso que petrificó de estupor a la asamblea. Sin embargo, sería exaltado como el primer orador y más tarde como el mejor escritor de su tiempo. Inicio de su carrera Se inició en el periodismo en 1845 al fundar con Guillermo Prieto y Vicente Segura la publicación periódica Don Simplicio, firmando sus artículos con el seudónimo El Nigromante. Sus colaboraciones se distinguieron por ser encendidos artículos y agudos versos satíricos en donde hacía una terrible censura a los actos del gobierno conservador, abogando por la reforma del país en lo económico, religioso y político, lo que provocó que el periódico fuera suprimido y Ramírez encarcelado. También fundó el periódico Themis y Deucalión, donde publicó un artículo titulado "A los indios", defendiendo a los indígenas y pugnado por su libertad a rebelarse contra la explotación a que eran sometidos; ello lo llevó a juicio pero resultó absuelto gracias a sus artículos editados en El Demócrata, en los cuales defendía su causa. Así mismo, en 1857, en compañía de Alfredo Bablot, fundaron El Clamor Progresista, con el que apoyaron la candidatura presidencial de Miguel Lerdo de Tejada. En la ciudad de San Luis Potosí colaboró en el periódico La Sombra de Robespierre. También escribió para La Chinaca durante 1862; en La Opinión y la Estrella de Occidente, del estado de Sonora, a fines de 1864 y antes de su destierro a Estados Unidos. En unión a Ignacio Altamirano, Guillermo Prieto y otros liberales, en septiembre de 1867 fundó El Correo de México, financiado por Porfirio Díaz. En esta fase de su vida es de mencionarse que también colaboró con El Renacimiento, El Siglo Diez y Nueve y El Monitor Republicano. Vida Política En 1846 fundó el Club Popular, donde divulgó sus ideas liberales avanzadas en materia de reforma política, económica y religiosa, por lo que estuvo en prisión. Al obtener la libertad, el gobernador del Estado de México, admirador de los talentos de Ramírez, lo invitó para organizar su gobierno y éste correspondió trabajando día y noche en la reconstrucción administrativa y también en la defensa del territorio nacional invadido por los norteamericanos. Para predicar con el ejemplo, asistió con el gobernador, Francisco Modesto de Olaguíbel, a la batalla de Padierna; y a pesar de los gastos que demandaba la guerra, restableció el Instituto Literario de Toluca, donde, con la República libre de la invasión, fue catedrático de Derecho y de Literatura, pero a pesar de la irreprochable conducta de Ramírez en su vida íntima, los padres de familia, alarmados por sus ideas liberales, intrigaron hasta lograr su separación. Entre fines de 1848 y principios de 1849, Ignacio Ramírez fue jefe político de Tlaxcala, regresando posteriormente a Toluca dedicándose a la docencia y al ejercicio de su profesión hasta fines de 1851, cuando se trasladó a Sinaloa donde ya se encontraba su hermano, Miguel Ramírez. En 1852 el gobernador de Sinaloa, Plácido Vega, promovió su candidatura a diputado federal por esta entidad, defendiendo el liberalismo en el Congreso de la Unión. A su regreso a Sinaloa, fue secretario del general Plácido Vega, sostuvo enérgicamente la extinción de las 'alcabalas' —un tipo de impuestos—, propuestas durante el gobierno de Pomposo Verdugo. Acompañó a Vega hasta Álamos, Sonora, cuando éste fue derrocado. Posteriormente viajó a Baja California donde descubrió la existencia de zonas perlíferas y canteras de mármol, sobre las que escribió brillantes artículos que revelaron aquella riqueza. En 1853 se fue a radicar por un tiempo a la ciudad de México ejerciendo como profesor en el Colegio Políglota. Criticó fuertemente a Santa Anna, lo que motivó que lo encerraran once meses en prisión y la mayor parte de ese tiempo lo tuvieron encadenado. Al triunfo de la Revolución de Ayutla fue liberado y fungió como secretario personal de don Ignacio Comonfort; al advertir que éste falseaba sus principios liberales, renunció a su puesto para afiliarse con Benito Juárez, Melchor Ocampo y Guillermo Prieto en el partido liberal y combatir con su pluma al renegado. Ramírez y la Constitución Regresó a Sinaloa como juez civil, pero volvió a la capital del país como diputado por el Estado de México al Congreso Constituyente de 1856-1857, donde fue el más notable orador y una de las más grandes figuras del ala izquierda jacobina; fue además miembro de la Comisión de Revisión de Credenciales; su suplente fue don Ramón Isaac Alcaraz, reconocido literato y liberal. Los otros dos diputados propietarios que representaron al estado de Sinaloa fueron los licenciados Antonio Martínez de Castro y Mariano Yáñez. Cabe mencionar que en la Historia del Congreso Constituyente, obra de don Francisco Zarco, el licenciado Ignacio Ramírez ocupó un altísimo lugar como orador parlamentario y líder del radicalismo. Ramírez y la Reforma El Nigromante también participó en la elaboración de las Leyes de Reforma, siendo uno de los liberales más puros. Al ser derrotados los conservadores, el presidente Benito Juárez lo nombró Secretario de Justicia e Instrucción Pública, cargo que desempeñó del 21 de enero al 9 de mayo de 1861. Durante su gestión creó la Biblioteca Nacional y unificó la educación primaria en el Distrito Federal y territorios federales. Ramírez como Ministro de Fomento Del 19 de marzo al 3 de abril de 1861 ocupó la Secretaría de Fomento. Asumió la responsabilidad de la exclaustración de las monjas; reformó la ley de hipotecas; hizo efectiva la independencia del Estado de la Iglesia; reformó el plan general de estudios; dotó con equipo los gabinetes del Colegio de Minería; seleccionó un excelente cuadro de profesores de la Academia de San Carlos; salvó cuadros de pintura que existían en los conventos, con los cuales formó una rica colección y formó una galería completa de pintores mexicanos; designó a los pintores Clavé, Cavalari y Sojo para que salvaran del Colegio de Tepozotlán los tesoros de arte en arquitectura, pintura, tallado e incrustaciones que contenía aquel magnífico Museo. La honradez de Ramírez fue acrisolada, pues cuando fue ministro pasaron por sus manos millones de pesos y nadie osó decir que se hubiera apropiado lo más mínimo de los tesoros que manejó. No tomó jamás ni un solo libro de los millares de volúmenes sacados de las bibliotecas de los conventos, ni una pieza de los centenares de cuadros extraídos de los claustros. No insinuó ni aceptó la menor recompensa por sus persecuciones y miserias que pasó por largos años, ni se adjudicó la más pequeña propiedad para pasar holgadamente el resto de sus días. En Puebla, trabajó en la desamortización de los bienes del clero y en septiembre de 1861 fue electo presidente del Ayuntamiento de la Ciudad de México. Ramírez durante la Intervención Francesa Durante la guerra de intervención, combatió a los franceses en Mazatlán. En el período de 1863 a 1865, mantuvo correspondencia con Guillermo Prieto, la que posteriormente se publicaría como Cartas a Fidel. En noviembre de 1864, residiendo en Sinaloa, defendió a presos políticos y escribió para La Opinión y La Estrella de Occidente, hasta que fue desterrado a Estados Unidos. Regresó a México antes de la caída de Maximiliano y fue encarcelado en San Juan de Ulúa y posteriormente en Yucatán. Ramírez en la Suprema Corte de Justicia El Congreso de la Unión lo nombró magistrado de la Suprema Corte de Justicia, cargo que ejerció durante doce años. De ese puesto no se separó sino al ser llamado por el presidente Porfirio Díaz, después de la batalla de Tecoac, para hacerlo Ministro de Justicia e Instrucción Pública, puesto que desempeñó pocos meses y por dos ocasiones, la primera del 28 de noviembre al 6 de diciembre de 1876, y la segunda del 17 de febrero al 23 de mayo de 1877. Después, regresó a ocupar el cargo de Magistrado de la Suprema Corte de Justicia, hasta su muerte registrada en la Ciudad de México el 15 de junio de 1879 por causa de un infarto. Reconocimiento y homenajes La Secretaría de Fomento publicó en dos tomos la obra dispersa de Ramírez que pudo encontrarse en periódicos revolucionarios; pero con lo publicado basta para proclamar que Ignacio Ramírez es uno de los altos representativos de las letras mexicanas y digno de ocupar su puesto en la Rotonda de las Personas Ilustres de la Ciudad de México. Mediante el decreto número 56, publicado en el Periódico El Estado de Sinaloa, No. 18, del 14 de febrero de 1957, el Congreso del Estado de Sinaloa declaró Benemérito del Estado al ciudadano Licenciado Ignacio Ramírez, así mismo acordó se escribiera con letras de oro en el Salón de Sesiones del Palacio Legislativo la siguiente inscripción: "Lic. Ignacio Ramírez, "El Nigromante", Constituyente del Estado de Sinaloa. 1857." Un pueblo del Municipio de Guadalupe Victoria, Durango, lleva su nombre y esta dedicado a la agricultura y tiene alrededor de 5,000 habitantes, así mismo, en gran cantidad de ciudades del país existen calles con su nombre. El Centro Cultural Ignacio Ramírez "El Nigromante" (San Miguel de Allende, Guanajuato). Y existe una estatua suya en el Paseo de la Reforma. Mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central Su ateísmo fue causa de escándalo cuando el muralista Diego Rivera pintó un mural en el hotel Del Prado con Ignacio Ramírez sosteniendo un letrero diciendo "Dios no existe". Rivera se rehusó a eliminar la frase por lo que el mural estuvo oculto por 9 años - luego de que Rivera acordara eliminarlo. El afirmó: "Para decir que Dios no existe, no tengo que esconderme detrás de don Ignacio Ramírez; soy un ateo y considero la religión una forma de neurosis colectiva. No soy enemigo de los católicos, así como no soy enemigo de los tuberculosos, los miopes o los paralíticos; uno no puede ser enemigo de alguien enfermo, sólo su buen amigo para ayudarlos a curarse". El fresco fue agredido por estudiantes católicos, hubo marchas de católicos indignados y tuvo que ser cubierto hasta que el pintor lo cambió por "Academia de Letrán 1836", en alusión al sitio donde el Nigromante pronunció la provocativa frase, durante su discurso de ingreso a dicha academia. Referencias Wikipedia – http://es.wikipedia.org/wiki/Ignacio_Ramírez

Pedro Soto de Rojas

Pedro Soto de Rojas (Granada, bautizado el 10 de enero de 1584 – Granada, 4 de febrero de 1658), poeta español del Culteranismo. Hijo del antequerano Martín de Rojas y de Ana de Soto, tuvo dos hermanas (Luisa y Juana), que durante gran parte de su vida estuvieron a su cargo junto con una sobrina y su madre, y es bastante probable que fuera sobrino del poeta lucense Luis Barahona de Soto. No se puede dudar de que su familia era prominente, ya que dos familiares suyos eran uno capellán en la Capilla Real y otro canónigo en la Catedral de Málaga. Estudió en la Universidad de Granada y allí se graduó de bachiller en en Cánones, Humanidades y Teología en 1610.​ En la Corte perteneció a la Academia del Conde de Saldaña primero y desde 1612 al menos a la Academia Selvaje con el nombre de Ardiente; allí leyó su Discurso sobre la Poética. Cuenta con la protección de don Jorge de Tovar y don Enrique Enríquez, y entre otros autores, amistó con Antonio Mira de Amescua, Félix Hortensio Paravicino, Cervantes, Lope de Vega​ y Luis de Góngora,​ pero en la guerra literaria que dividió a estos dos últimos desde que en 1613 Góngora divulgó sus Soledades se puso de parte del segundo, militando en las filas del culteranismo. Ya entrado en años, se ordenó sacerdote y, protegido por don Gaspar de Guzmán, el poderoso Conde-duque, a quien dedicó su Desengaño de amor en rimas (1623), obtuvo de él varias prebendas como, en 1616, la de canónigo de la iglesia colegial de San Salvador de Granada, sita en el Albaicín, aunque él pretendía puestos más altos,​ y la de abogado del Santo Oficio en 1626. Volvió a esta su ciudad natal y allí se hizo amigo del poeta Francisco de Trillo y Figueroa. En 1623 apareció su Desengaño de amor en rimas, aunque su gongorismo es ya muy ostensible en su fábula mitológica Los rayos de Faetón (1639) y en su críptico Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos con los fragmentos de Adonis (1652). También compuso al menos ciento veintiséis sonetos y varias églogas. Hasta 1630 hizo frecuentes viajes a Madrid, pero a partir de este año (y tal vez a causa del clima de discusión constante en que vivía con el cabildo, que lo llevó incluso a la cárcel en 1628)​ se retiró definitivamente a su carmen del Albaicín, que describirá más tarde en su lujuriante y sensitiva silva póstuma Paraíso cerrado (1652), y da a luz sus poemas más culteranos. Es este carmen la llamada Casa de los Mascarones, que fue pacientemente construida sobre unos solares de moriscos, adquiridos en una primera fase por compra (en 1619 y 1629) y ampliados luego gracias a una donación de parcelas en 1632. En 1643 el cabildo lo nombra puntador y colector. Lee el Discurso contra el ocio y en loor del ejercicio en la inauguración de la Academia de don Sebastián López de Hierro. Otro importante poema culterano, que llamó la atención de los críticos Marcelino Menéndez Pelayo y Gerardo Diego, es la Fábula de Alfeo y Aretusa, inspirada en uno de los mitos recogidos en las Metamorfosis de Ovidio. Cuenta como el río Alfeo se enamora de la ninfa Aretusa, que era la mejor cazadora del cortejo de la diosa Diana. En forma humana, el río la persigue por toda la Arcadia, y ella, agotada por el esfuerzo de la carrera, pide socorro a la diosa Diana, quien la rodea con una espesa nube. Aretusa acaba convirtiéndose en un fuente, cuyas aguas finalmente se mezclan con las de Alfeo, en su condición original de río. El poeta falleció en Granada el 4 de febrero de 1658, siendo enterrado ese mismo día en su Iglesia Colegial, a la entrada de la Capilla de Santa Teresa. Póstumos aparecerán en 1652 su Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos, Los fragmentos de Adonis y el Discurso contra el ocio La reivindicación del gongorismo que hizo la Generación del 27 afectó también a la obra de Soto de Rojas. Aparte del mencionado interés por la Fábula de Alfeo y Aretusa de Gerardo Diego, Federico García Lorca escribió sobre él y Granada su conferencia Granada. Paraíso cerrado para muchos, leída el 26 de octubre de 1926 y publicada al día siguiente en El Defensor de Granada. Allí afirma que el culteranismo de Soto de Rojas es recogido e íntimo: Soto de Rojas abraza la estrecha y difícil regla gongorina; pero, mientras el sutil cordobés juega con mares, selvas y elementos de la Naturaleza, Soto de Rojas se encierra en su Jardín para descubrir surtidores, dalias, jilgueros y aires suaves. Aires moriscos, medio italianos, que mueven todavía sus ramas, frutos y boscajes de su poema. Obras * Obras, ed. de Antonio Gallego Morell, Madrid, 1950. * Discurso sobre la poética, (1612). * Desengaño de amor en rimas, Madrid, 1623 (ed. facsímil, introducción de Aurora Egido, Málaga, 1991) * Los rayos de Faetón, Barcelona, 1639 (ed. G. Cabello y J. Campos, Málaga, 1996) * Fábula de Alfeo y Aretusa * Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos. Los fragmentos de * Adonis, Granada, 1652 (ed. de Aurora Egido, Madrid, 1981; ed. facsímil, introducción de R. Guillén, Madrid, 1984; ed. J. Fernández Dougnac, Granada, 1992) * Discurso contra el ocio y en loor del ejercicio (1652). Referencias Wikipedia – https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_Soto_de_Rojas

Lara Ribero

CURRÍCULUM LARA RIBERO Lara Ribero, Poeta y Escritora marplatense de estilo dramático. Su obra poética se caracteriza por la fuerte descripción de las imágenes, las que combina con un romántico lirismo, que van desde lo pasional a lo erótico, mostrándonos una poesía fuerte e intimista, la que encuentra su profundidad en el sentimiento genuino de un mundo crudo y real, encontrando en la rima un estilo armónico que sabe conjurar a través del ritmo, la metáfora y las imágenes, las que aún en sus versos blancos se puede ver la musicalidad de su estilo clasista sin apartarse de ese realismo visceral que la define como una escritora poseedora de una poesía acabada y pulcra de estilo carnal y dramático. PREMIOS Premio Mujer año 2003 y 2004 otorgado por el Club de Leones Mar del Plata Premio “Fondo Editorial Bonaerense” por sus Aportes a las Letras y la Cultura Premio Faro de Oro Vip Mención de Honor a la Labor Humanitaria Premio Editorial Amarú Escritoras Nobeles Premio “Residentes de Bragado” Mención de Honor Premio Training Time a la Cultura 2014 Premio Trining Time a la Cultura 2016 Innumerables premios en diferentes concursos nacionales en Poesía y Cuento DESEMPEÑOS CULTURALES Miembro del Consejo Municipal de Cultura Jurado Asesor Estrella de Mar Integrante Festival de Cine Mar del Plata Jurado en la Bienal de Arte Joven Jurado Juegos Bonaerense en Literatura y Comics Jurado en VII-VIII-IX-X.XI- Edición de Poesía Ilustrada Colaboradora Suplemento literario Diario La Capital Columnista Portal Literario Internet Coordinadora Taller Literario “Almafuerte” Coordinadora Taller de Recitado y Declamación Poesía Coordinadora Taller de Declamación y Oratoria Creadora del Grupo Literario Yo-Poeta Creadora y Coordinadora del Club-Taller de Lectura “Almafuerte” TRABAJOS DE PROLOGADOS “Recuerdos” “El Cazador Nocturno” “Mi vida como Miope” “A Flor de Piel” “Luces en la Noche” 2ª Edición EXPOSICIONES “El Cántaro” “El Amor…Entre lo Cursi y lo sublime” “Yo Poeta” “La Faraona” “Poesías y Cuentos Cortos” “Los 7 Pecados Capitales” “Las Sagradas Escrituras” “Amores Perros” “Señores…Yo Soy el Tango” “Verdades Ocultas” “El Beso” “Tierra Oscura” “Latidos” SALONES DE EXPOSICIONES Asociación Empleados de Casinos “Sala Italo Grasi” Casino del Mar “Sala Bristol Restó” Museo del Mar “Sala de Arte Contemporáneo” Biblioteca Ñusta de Piorno Hotel Costa Galana “Galería del Mar” Hotel Santa Teresita Hotel Latinoamericano (Mar de Ajó) Museo Cleto Cioccinni Instituto Movilizador - IMFC FERIA DEL LIBRO EN MAR DEL PLATA Desde la 1º Edición hasta 11º Edición 2015 ESPECTÁCULOS DE RECITADO “Bajo la Luna Gitana” “Noches de Poesía y Saxo” “Día Mundial de la Poesía” “Cicatrices” PROYECTOS SOCIALES Capacitación en la Prevención del Suicidio al personal de la Penitenciaría de Batán Capacitación en la Prevención del Suicidio a los Bomberos Voluntarios de Sierra de los Padres Charlas y Cursos orientados en la Crisis y Prevención del Suicidio PROYECTOS CULTURALES “Homenaje a Federico García Lorca” “Homenaje a la Lirica Universal” “Mis versos sobre la Pared” “Recítame esos Versos” 1º Encuentro Nacional de Poetas y Recitadores Club-Taller de Lectura “Almafuerte” PÁGINAS Y BLOG LITERARIOS Lara Ribero Poeta y Escritora La Rima Aún Respira Empezando por Adán Yo-Poeta Poetalia Poemas del Alma Poemas Poetas Escritas Poeticous

Félix Pita Rodríguez

Félix Pita Rodríguez (Bejucal, La Habana (Cuba), 18 de febrero de 1909 – La Habana, 19 de octubre de 1990) fue un escritor, poeta, periodista, narrador y crítico literario cubano. Obra Narrativa y Poética Escritor de libros como San Abul de Montecallado, 1945, Corcel de Fuego, 1948, Tobías, 1955 , Las Crónicas. Poesía bajo Consigna, 1961, Las Noches, 1964, Historia tan Natural, 1971, Niños de vietnam, 1974, Poesía y Prosa 1976, La Pipa de Cerezo, 1987 entre otros. Premios y Jurados Laureado en 1946 con el premio internacional «Hernández Catá» con su relato Cosme y Damián, Fue Vicepresidente de la Unión Nacional de Escritores de Cuba y Presidente de su Sección de Literatura, miembro del jurado de los principales concursos nacionales e internacionales como el Premio Casa de las Américas y el auspiciado por la Unión Nacional de Escritores Cubanos (UNEAC). En 1985, como reconocimiento a la totalidad de su obra, obtuvo el Premio Nacional de Literatura, y en 1986 el Premio de la Crítica por su libro De sueños y memorias. Por su señalada contribución a la cultura nacional le fueron conferidas la distinción Por la Cultura Nacional y la orden Félix Varela. Valoraciones críticas «Por eso, por ser tan buen poeta, es Pita Rodríguez tan buen cuentista. Un narrador lírico de hondo realismo, cuya prosa es relato y poema, virtud que la sitúa entre las de mayor rango en nuestro idioma, quiere decir el de Cuba y el de España.» (Nicolás Guillén). «Hay en Tobías relatos excelentes y algunos, como el que abre el libro, realmente antológico. Muy pocas veces se ha llegado en nuestra lengua a cosa tan lograda. Te felicito mucho por ello.» (Juan Marinello). «¿Será posible que se pueda hoy leer por gusto un libro como éste Historia tan natural? Claro que será posible. Destápesele ya y siéntase que buen aroma tiene.» (Eliseo Diego). «En su poesía, en sus cuentos, en sus crónicas ágiles, en sus poemáticas biografías, en toda la brillante producción de este gran artista de la pluma florece siempre la experiencia de su fecunda y aventurera vida. Así ha vivido y así ha soñado.» (Regino Pedroso). «Su poesía responde a la carencia de normas fijas en su expresión, que lo convierte en un poeta cercano a la escuela surrealista, quizás el único cubano que podemos señalar como representante de tal movimiento.» (Roberto Fernández Retamar). «A la poesía cubana – a esa dimensión trascendente de nuestra vivencia nacional- hacía falta, desde hace tiempo, este libro Corcel de fuego de Félix Pita Rodríguez.» (Ángel Augier). Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Félix_Pita_Rodríguez

Luis Yuseff Reyes

Luis Yuseff (Cuba, Holguín, 1975). Poeta y narrador. Miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Tiene publicados El traidor a las palomas (2002) y Vals de los cuerpos cortados (Premio de la Ciudad, 2003), ambos por Ediciones Holguín, Yo me llamaba Antonio Broccardo (Premio Alcorta, Ediciones Almargen, 2004), Esquema de la impura rosa (Premio América Bobia, Ediciones Vigía, 2004), Golpear las ventanas (Premio Pinos Nuevos, Editorial Letras Cubanas, 2004) y Salón de última espera (Premio Calendario, 2005, Casa Editora Abril, 2007). En el 2000 obtuvo el premio Nuevas Voces de la Poesía en Holguín y en 2005 el Celestino de Cuentos, Vértice de Cuentos Breves y mención del VI Premio de Poesía Nósside Caribe. Poemas y cuentos suyos aparecen recogidos en varias antologías: El árbol que silba y canta (Ediciones Holguín-Ediciones La Luz, 2004), Antología del II Premio Internacional de Poesía Amorosa (Círculo de Bellas Artes de Palma de Mallorca, 2004), Extraños Íntimos: Retratos Poéticos de Ficción (Hidden Brook Press, Toronto, Canadá, 2004, Edición Bilingüe), No Love Lost III. An International Anthology of Poetry (Hidden Brook Press, Toronto, Canadá, 2004, Edición Bilingüe), La madera sagrada (Ediciones Vigía, 2005), Puente del tiempo (Ediciones Holguín, 2006), Memoria de los otros y Cuarto Libro de Celestino (Ediciones La Luz, 2007). En el 2006 fue incluido en las antologías en soporte digital Un lugar para la Poesía (Editorial Cuadernos Papiros-UNEAC-Ediciones Holguín) y Los Ángeles también cantan, Selección de Poesía Latinoamericana de la Revista de Literatura y Arte OLANDINA y Casa del Poeta Peruano. En el año 2005, la Asociación Hermanos Saíz, en Holguín, le otorgó su premio a la excelencia artística “Venga la Esperanza”. Luís Yuseff es licenciado en Química Pura por la Universidad de Oriente y actualmente se desempeña como editor principal de Ediciones La Luz. Referencias Arte Poética - www.artepoetica.net/Luis_Yuseff.htm EcuRed - www.ecured.cu/index.php/Luís_Yuseff_Reyes_Leyva

Luis Rius Azcoitia

Luis Rius Azcoitia (Tarancón, provincia de Cuenca, 10 de noviembre de 1930 - México, 10 de enero de 1984), poeta y ensayista español. Su padre, Luis Rius Zunón, fue alcalde de Tarancón (1933), diputado provincial y presidente de la Diputación de Cuenca (1934), así como y gobernador civil de Soria y Jaén (1935-36). Militó en el Partido Radical Socialista de Marcelino Domingo. En octubre de 1936, como consecuencia de la guerra civil y después de un corto periodo en Jaén y Barcelona, es evacuado junto a su hermana Elisa y su madre a Normandía (Francia), donde permanece el resto de la contienda bélica, subsistiendo gracias al sueldo que tenía su padre como Tesorero de CAMPSA en París. En 1939 se trasladó a México con su familia, país que ya no abandonará nunca. Se doctoró en letras por la UNAM y fue profesor en la Universidad de Guanajuato, en la que dirigió la Escuela de Filosofía y Letras. Fundó varias revistas literarias: en 1948, junto a Tomás Segovia, Manuel Durán y otros la revista Presencia. Con Inocencio Burgos y otros, crea Clavileño. En estas revistas colaboraron también Enrique de Rivas, Pascual Buxó, Nuria Parés, etc. Colaboró como editor en la revista Segrel, y también en Cuadernos Americanos, Anuario de Letras (UNAM), Las Españas, Revista Mexicana de Cultura, México en la Cultura, El Heraldo Cultural, Novedades y Excelsior; se le considera uno de los poetas de la segunda generación del exilio republicano, llamada, más sintéticamente, "niños de la guerra" y formada, además de él, por Tomás Segovia, Nuria Parés, Manuel Durán, Carlos Blanco Aguinaga, Ramón Xirau, Enrique de Rivas, etcétera, todos ellos nacidos entre 1925 y 1937. Dio clases en la Universidad Nacional Autónoma de México, en la Universidad de San Luis de Potosí, en la Universidad Iberoamericana y en el México City College. Se casó en 1968 con Pilar Rioja, bailarina mexicana de flamenco, hija de padres españoles. En sus poemas dominan el conocimiento de los clásicos, el simbolismo y la contención, muy expresiva en los versos breves. También escribió numerosos ensayos sobre la poesía española del exilio y su gran biografía sobre León Felipe. Además del amor, su tema dominante es la identidad: ¿De qué tierra será?, ¿dónde su mar? -dicen-, ¿cuál es su sol, su aire, su río? Mi origen se hizo pronto algo sombrío y cuando a él vuelvo no lo vuelvo a hallar. Cada vez que me pongo a caminar hacia mí pierdo el rumbo, me desvío. No hay aire, río, mar, tierra, sol mío. Con lo que no soy yo voy siempre a dar. Si acaso alguna vez logré mi encuentro -fue camino el amor-, me hallé contigo piel a piel, sombra a sombra, dentro a dentro, el frágil y hondo espejo se rompió, y ya de mí no queda más testigo que ese otro extraño que también soy yo. OBRA Lírica * Canciones de vela, Segrl, 1951. * de ausencia, Universidad de Guanajuato, 1954. * de amor y sombra, Era, Alacena, 1965. * Canciones a Pilar Rioja, Finisterre, 1969. * Cuestión de amor y otros poemas, Promociones Editoriales Mexicanas, 1984. Antología compilada por él pocos meses antes de su muerte por cáncer. Ensayo * El mundo amoroso de Cervantes y sus personajes (1954). * Los grandes textos de la literatura española hasta 1700 (1966) * León Felipe, poeta de barro (Biografía), 1968. 2ª. edición, Promexa, 1986. Referencias Wikipedia-http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Rius Luis Rius. Poeta con el corazón dividido Por Montserrat Ramírez Castañón Escritor de fina sensibilidad, Luis Rius (1930-1984), pertenece a la segunda generación del exilio español que formó parte del mismo sentimiento nostálgico de la República perdida. Después de 27 años, el Fondo de Cultura Económica (FCE) reedita su libro Verso y prosa (Colección Tierra Firme) con un texto introductorio de Arturo Souto Alabarce, Arcelia Lara Covarrubias y Gonzalo Celorio. Luis Rius, considerado uno de los mejores poetas de los años cincuenta y sesenta era un hombre de brillante personalidad: abierto, buen amigo, excelente conversador y maestro, enamorado y, sobre todo, sensible; pero a la vez angustiado, solitario y melancólico en el fondo. Su poesía es una constante búsqueda de sí mismo, la extrañeza de su vida frente al exilio, a la mujer amada, al pasado nebuloso y, lo más conmovedor –parece paradójico, pero no lo es–, muestra la estupefacción ante un futuro que en lo profundo se le presenta como desarraigo impreciso, destierro perenne. Desterrado en el tiempo como en isla infinita, sin retorno. Exiliado en esta edad que avanza, que declina, que no cesa, que huye, río al mar, día a día. Olvidada en el mar me dejé yo la vida. Luis Rius Azcoitia nació en 1930 en Tarancón, Cuenca. Exiliado por herencia llegó a México con sus padres a los 8 años y formó parte de esa sociedad que enfrentó el destierro desde antes de la Guerra Civil Española (1936-1939). En su infancia y adolescencia se educó con la comunidad española del exilio, bajo el mismo sentimiento nostálgico de la República perdida y el desprecio al gobierno franquista, aunque él prefirió mantenerse alejado de la política, pues había contemplado la amarga experiencia de sus padres. Penetraron en el niño desterrado el ambiente y sentimiento de hispanidad; elementos coherentes con el enorme deseo de volver a la España de sus mayores; sin embargo, le estorbaron para el pleno desarrollo de su vida en México. Los hijos de los transterrados nacidos en España «se hicieron en América, se nacen –diría Unamuno– en México. Remontan el tiempo, buscan su identidad, y en un momento dado comprenden que el tiempo se ha hecho carne propia».1 De aquí deriva la absoluta ambigüedad o dualidad en la que han vivido: la españolidad que proviene de sus raíces, pero que es insostenible en sus recuerdos; y la mexicanidad manifestada en su desempeño cotidiano. De tal suerte son españoles y también mexicanos; o quizá, ni son españoles ni tampoco mexicanos. La segunda generación de escritores del exilio,2 a la que pertenece Rius, se caracteriza por una situación singular: entre la de los netamente españoles, como sus padres, y la de los mexicanos, como serán sus hijos; el mismo poeta la denominó «fronteriza». Y este hecho es la huella primordial en su creación artística: españoles por nacimiento y educación; mexicanos por circunstancia. «¿Son mexicanos o son españoles?» –se pregunta Octavio Paz. Y responde: «El problema me interesa poco; me basta con saber que escriben en español; la lengua es la única nacionalidad de un escritor».3 Esto es incuestionable, sin embargo escriben desde la perspectiva de la ausencia, la nostalgia, la orfandad del pasado que contrasta con la realidad: la presencia de la cotidianidad mexicana. En resumen, una extraña naturaleza ha acompañado a Rius –y otros más– aún después de muerto: se le considera escritor mexicano, ya que su nombre se incluye en el Diccionario bibliográfico de escritores de México;4 y también español, pues aparece en el Diccionario Espasa de Literatura Española. Rius escribe para conocerse, revelarse, trata de comprenderse a sí mismo. La cualidad de su creación es subjetiva; por ende, su poesía está impregnada de interrogantes sobre su identidad con un carácter existencial: ¿Quién soy yo aquí, quién soy en esta tierra de hombres … entre hierro y petróleo…? Se cuestiona ante su presencia forastera en México; o bien, mira desde la otra perspectiva, la de los mexicanos: ¿De qué tierra será?, ¿dónde su mar –dicen–, ¿cuál es su sol, su aire, su río? Y él mismo responde: Mi origen se hizo pronto algo sombrío y cuando a él vuelvo no lo vuelvo a hallar. Cada vez que me pongo a caminar hacia mí pierdo el rumbo, me desvío. Estos versos pertenecen al poema «Acta de extranjería», publicado en su último poemario, de 1984, año en el que falleció a los 54. El sentimiento de desarraigo, que figuró desde sus primeras creaciones, le forjó un sello de madurez, quizá poco natural si no se conoce su propio despertar en el destierro. A los 21 años, publicó su primer poemario, Canciones de vela (1951), en el que escribe: Soledad, tú y yo en la tarde muerta. Compañera mía, triste amiga vieja. … Hoy duele más hondo el corazón, llega más claro el silencio, la vida más lenta. Con el paso del tiempo, este sentimiento fue más profundo, más nostálgico: le dolía la condición de ser hondamente desterrado. Es una sierpe herida que se arrastra en la noche congelada de un invierno sin tierra. Se intensifica la desesperanza, el desaliento, la soledad «alta como un pino», –así la adjetiva–; y, de manera muy importante, la dualidad: esa condición de no ser él sino otro quien debió habitar su esencia, ese ente volátil que quedó en la lejanía del tiempo, en un pasado en el que no tuvo oportunidad de existir, pero que encarnó su esencia: Yo fui, no soy, y mi verdad es ésta, mi presencia conmigo, la más mía; ser tan sólo memoria y lejanía, jugador ya sin carta y sin apuesta. Si ahora digo que fui, que tuve puesta la vida en ejercicio, que vivía, muy bien me sé que igual melancolía me daba entonces similar respuesta. Entonces ya también había vivido sin vivir ni esperar un venidero instante, un presente no cumplido. Siempre he sido pasado. Así me muero: no recordando ser, sino haber sido, sin tampoco haber sido antes primero. La infancia quedó en la lejanía de su origen, en tiempo y en espacio, del pueblo manchego en el que nació y en el que debía haber transcurrido su vida de forma natural. El cambio radical que le dio el destino lo fuerza a un abandono prematuro de sí mismo, al tomar conciencia y cuestionar su naturaleza, descubre a otro en el que reconoce su silueta, su sombra, un ente que percibe o vislumbra, pero al que nunca alcanza; se le ausenta o se le pierde en la nebulosa, en la indeterminación de sí mismo. Él se reconoce como sombra de su propia sombra. Aquel que nunca fui viene a llamarme al corazón y viene a entristecerme. … Él nunca pudo ser; es como el aire que me roza las manos y la frente; nació sin cuerpo, más desheredado que yo, más desasido, más ausente. … Alguna vez lo olvido. Me enajena el gozo de vivir algunas veces. Entonces, ¿dónde va? Pero muy pronto algo me avisa al corazón, me advierte, y ese gozo se va volviendo extraña sensación de no ser yo quien lo siente; de no ser yo del todo; ser a medias; muerto y vivo; una sombra. … Y ya con él, yo entro, en compañía, siento la vida verdaderamente. La poesía de Rius es el gran viaje interior, la búsqueda de la esencia, y en ese sentido es ontológica, auténtica. También se cuestiona sobre el tiempo y la significación que ha tenido en su vida. Es el tiempo en el que se detuvo su propio ser, antes del destierro; magnitud a la que estaba destinado a vivir en los espacios que se habían reservado para él, según su genealogía personal, y que la adversidad le arrebata: Yo pienso en otras horas de otros años. … Eran mis horas, era mi vivir cada día atesorado. … ¿Cuánto tiempo pasó que no he sentido? Sigue el reloj contando al mismo son su cuenta … ¿Qué le ha pasado al aire? ¿Son aún mías estas horas? ¿Y vivo aún? ¿Aún canto? La poesía citada refleja los mundos internos; sin embargo, el poeta también crea imágenes. El siguiente poema (en Canciones de amor y sombra, 1965), revela magníficos claroscuros de índole literaria clásica, a la que se avocó el poeta. La noche aguarda afuera honda como el mar, fría. La breve espiga de oro de la lámpara brilla sobre mi mesa. Sombras en las paredes me vigilan. Yo escudriño el silencio con los ojos. Mi sangre, perseguida de tanta noche, a golpes lleva en mi sien la cuenta de mi vida. Inmóvil, yo también soy sombra hambrienta del hambre de vivir mañana todavía. De cuando en cuando, asoman paisajes y sucesos meramente circunstanciales, como en «La calle de Pósitos», poema con ecos de García Lorca y Machado. Rius dibuja aspectos de una vida rural semejante a la que pudo haber vivido en su natal Tarancón. La línea tradicional literaria de canciones, romances y villancicos, a la que dedicó sus primeras creaciones, con el tiempo marcaron su obra: La recua viene trotando bulliciosa, calle abajo. Calle abajo el sol asoma entre los cerros plateados y los ángeles despiertan al día en el campanario. Fresco amanecer de luz y de humildad inflamado. … Alegre tamborileo de la calle con sus cascos. Y el carbonero detrás con una piedra en la mano, hosco y pardo, corre y grita, con la voz la va arreando. Voz del monte, tempranera, que se pierde calle abajo. En 1952, José Rojas Garcidueñas, fundador y director de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guanajuato invitó a dar clases a Rius y a otros jóvenes intelectuales (Juan Villoro, Horacio López Suárez y Ricardo Guerra). Los recién llegados alquilaron una casa en la calle de Pósitos –inspiración y título del poema anterior–, número 77, adonde iba por largas temporadas a unírseles el siempre errante Pedro Garfias –a quien Rius admiró como poeta aunque no influyó en su estilo. Compartieron el auge cultural de la ciudad de Guanajuato, que en 1953 realizó el primer Festival Cervantino. Se involucraron en el evento y participaron en la dramatización de Don Quijote de la Mancha y de algunos Entremeses de Cervantes. Hacían teatro en las plazas públicas, reunían al público que deambulaba por las calles hasta hipnotizarlo con sus actuaciones y envolverlo en la trama. Esa veta gozosa de vida del poeta queda también plasmada en creaciones de temática amatoria, la otra gran vertiente en su creación. Luis Rius se enamoró varias veces: De querer tanto y tanto, no sabría qué querer más de ti que no pudiera querer más todavía. Por tu cuerpo te quiero; y más quisiera mi deseo que no acaba ya, de prisa, escalándote entera, a ti, de tan lejana, tan sumisa a mi voracidad de enredadera que sube de tus pies a tu sonrisa. … Fue el amor igualmente búsqueda de sí mismo a través del ser amado, del eros que lo vinculaba con la fuerza vital trascendente y con la cotidianidad. Admiraba la danza, en específico el flamenco andaluz, motivo inspirador de un genuino sentimiento de amor que toma forma en Canciones a Pilar Rioja, libro que obtuvo el Premio Olímpico de Poesía en 1968. Podría bailar en un tablado de agua sin que su pie la turbase, sin que lastimara al agua. No en el aire, que al fin es humano el ángel que baila. No, en el aire no podría, pero sí en el agua. A Luis Rius le angustiaba la muerte, no sólo la de todo ser vivo sino la de las cosas: todo acaba, todo termina… El amor y los momentos amorosos contrarrestaban esta perspectiva, eran una salvación: consuelo de la angustia existencial de lo que termina. Y entre todo lo que finaliza, también el amor como experiencia sensual concreta aunque el sentimiento trascienda la muerte. Lo ejemplifico el siguiente soneto: Sólo tú quedarás, yo estaré ausente; rota mi voz, mi sangre congelada. Caminante, cumplida la jornada, la dura tierra cubrirá mi frente. Sólo tú quedarás, prístina fuente del corazón, honda verdad, brotada. Oh, vida que, a mi muerte arrebatada, fluirás eternamente. Pasión de mi alma, amor, qué duradero serás en la nostalgia del sendero. Yerto mi cuerpo ya, mi voz perdida, tú quedarás y yo no podré verte: amor más verdadero que la vida, amor más poderoso que la muerte. Amor más poderoso que la muerte alude a la pasión, a la visión lírica característica del amor occidental que emana del amor cortés, en el que no se exalta la satisfacción de la pareja, sino lo opuesto: el sufrimiento, en este caso, determinado por la muerte: … Tú y yo ya no estaremos. Nuestras almas, vagando sin sangre y sin camino. Pero la noche quedará esperando, eternamente viva, para poder a veces recordarnos. La lírica de Rius surge de la experiencia concreta y precisa; y aunque sus poemas linden con lo ideal y lo abstracto, su transparencia no evoca el más allá, permanece en la esfera de lo conocido y determinado por los sentimientos propios: del amor y desamor, del encuentro y desencuentro, del erotismo, de la presencia y la ausencia de la amada que luego transmuta poéticamente. Ahora bien, esta parte vívida y real tampoco se presenta a través de un lenguaje erótico sin paliativos, se contiene y esboza imágenes y deseos que alientan al clímax matizando la emotividad: Ciervo amor entre sábanas, de amor por fin cautivo. El miedo estremecía su cuerpo ágil y fino, y el goce lo amansaba de tibio escalofrío. Oh, sus ojos, sus ojos de ciervo sometido. Abatido por una enfermedad incurable, Rius preparó el último de sus libros desde la cama de un hospital. En él reunió creaciones de sus cuatro poemarios anteriores y otras inéditas, sin haber logrado publicarlo. Cuestión de amor y otros poemas fue una obra póstuma, que ahora vuelve a ver la luz en Verso y prosa.7 Así, trasciende al dejar plasmadas sus percepciones sobre la temporalidad, la otredad, el destierro, la soledad y la aparente enajenación del goce circunstancial, mediante la transparencia de la palabra: Llegó aquí después o antes, a destiempo. Erró los caminos y los paralelos y los meridianos, los mundos enteros. Él iba a otro mundo. Llegó aquí. Extranjero fue de sus palabras y de sus silencios, de todas sus horas, de su mismo cuerpo. Él iba a otro mundo. Legó aquí. Y ha muerto un día cualquiera, en cualquier momento, antes o después, pero no a su tiempo. Él iba a otro mundo. Lo desvió el viento. Un profundo surco hendido por el destierro y el amor en la inmensidad de la tierra es la poesía de Rius. Con sus dos vertientes: el tánatos no sólo en la muerte física sino en la cósmica, y el eros, como lo único que lo puede salvar. Su obra está impregnada de un tono intimista, sereno equilibrado, nostálgico y de gran sutileza en el lenguaje. Es precisamente esa armoniosa interiorización unida a la perfección poética lo que la perfila como clásica. Referencias http://istmo.mx/2011/03/luis-rius-poeta-con-el-corazon-dividido/




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